Génova ve la mano de Javier Arenas en la guerra abierta en el PP de Sevilla
La dirección nacional y la regional se cruzan acusaciones de deslealtad y pucherazo
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Iniciar sesiónAl final, el choque fue inevitable. El congreso provincial del PP de Sevilla ha sido el primero, por ahora, en el que Génova no ha podido acordar una candidatura única y ha dejado a la vista de todo el mundo una guerra interna ... por el poder entre la dirección nacional y la regional del partido. En la dirección nacional del PP tienen pocas dudas: detrás del enfrentamiento interno en Sevilla ven a Javier Arenas , poco o nada acostumbrado a perder en su casa, y deseoso, según fuentes populares nacionales, de conservar a toda costa una cuota de poder fáctico en el PP andaluz.
El PP está inmerso en un proceso de renovación territorial, que ha empezado por las provincias y acabará, a partir del próximo otoño, en las regiones. El objetivo de Génova es nítido: consolidar el proyecto de Casado a lo largo y ancho de España, para remar unidos y lanzarle hacia La Moncloa. Hasta ahora se han celebrado 16 congresos provinciales, todos con consenso y candidato único. Hasta finales de abril serán ya 25 cónclaves, y el único sin consenso será Sevilla, que culminará su congreso el 27 de marzo. Más adelante llegarán otros problemas para Génova, como Salamanca, plaza fuerte de Mañueco , pero esa es otra historia, aún sin fecha.
En Sevilla, la actual presidenta provincial del PP, Virginia Pérez , que ganó el congreso anterior, en 2017, en un ambiente de ruptura y respaldada por Juanma Moreno , convocó el pasado mes de febrero una junta directiva para poner fecha al congreso extroardinario . La sorpresa en la dirección regional fue grande, porque se enteró prácticamente por la prensa. Pidió un aplazamiento, sin ningún éxito. A pesar de que la actual presidenta tuvo el apoyo de Moreno en 2017, en esta ocasión el barón del PP y su equipo regional se desmarcaron de ella, que tiene el pleno respaldo de Génova, y no ocultaron su apuesta por el alcalde de Carmona, Juan Ávila .
El enfrentamiento estaba servido, pero el debate se calentó al máximo cuando Ávila acusó de pucherazo a la organización del congreso y envió un audio a sus afines en los que calificó de «sinvergüenzas» y «golfos» a sus adversarios. El audio se hizo público y Ávila se vio forzado a pedir disculpas, pero su denuncia de fraude se mantuvo. Mientras tanto, Elías Bendodo y Teodoro García Egea habían alzando un acuerdo para lograr un consenso, que saltó por los aires porque Pérez se negó a incluir en su equipo a un personaje que le había llamado «golfa». La votación de los militantes, el sábado, dictó sentencia: una vez impugnadas varias mesas, Virginia Pérez logró 1.591 votos, el 69,8 por ciento, y Juan Ávila, 480, el 30,2 por ciento. Los perdedores mantuvieron su acusación de pucherazo, por la falta de limpieza, según denuncian, en el censo de militantes, lo que favoreció con claridad a Pérez.
En medio de la tensión, desde la dirección regional se busca un acuerdo in extremis para incorporar a Ávila en el equipo de Pérez como número dos. Tienen toda la semana para intentarlo. Pero el malestar en Génova por lo que consideran una deslealtad del barón andaluz está ahí. Fuentes de la dirección nacional consultadas mantienen que el partido en Andalucía está abandonado y es necesario un revulsivo. Además, creen que detrás de esta guerra está el intento de la actual dirección regional, que en 2018 se alineó con Soraya Sáenz de Santamaría contra Pablo Casado , de conservar su influencia y poder en toda la estructura provincial. Y ahí es donde aparece el otrora todopoderoso Javier Arenas , en alianza con Moreno, según las mismas fuentes. Desde el PP andaluz se niega la mayor y se subraya que Arenas es un político «en retirada» que nada tiene que ver con lo que ocurre ya en el partido. Arenas aseguró a ABC que no ha participado «nada» en el proceso ni ha mostrado sus preferencias.
El pulso entre Génova y la dirección regional se extiende a otras provincias. Hasta ahora se han celebrado, sin problemas visibles, los congresos en Córdoba, Granada y Málaga . Pero aquí se presenta una guerra secundaria, ya que el presidente, Elías Bendodo, quiere como secretaria general a Patricia Navarro, delegada de la Junta. Según los estatutos del partido, por una enmienda que introdujo el propio Bendodo, es incompatible la acumulación de cargos. Bendodo tiene una «dispensa» para poder ser consejero y presidente provincial del PP, pero Génova advierte de que no permitirá más excepciones.
Respeto a los estatutos
La vicesecretaria de Organización del PP, Ana Beltrán , envió una carta a los presidentes y secretarios provinciales el pasado 3 de marzo, para recordarles lo que dicen los estatutos: «Los presidentes y secretarios generales provinciales e insulares del partido solo son compatibles con cargos de representación institucional en corporaciones locales y provinciales, en parlamentos autonómicos y el Senado». «Se recuerda la necesidad de respetar lo estipulado en los estatutos para garantizar el correcto desarrollo de los congresos y asegurar el adecuado funcionamiento de la organización», avisa Beltrán en la misiva.
Génova no tiene previsto ceder en el caso de Patricia Navarro , y tampoco en el congreso provincial de Cádiz , donde la actual presidenta, Ana Mestre , que aspira a la reelección, es también delegada de la Junta.
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