La Fiscalía considera probado que cuatro etarras intentaron asesinar a Aznar con un lanzamisiles

En dicha declaración, Olano confesó a la Guardia Civil que ETA intentó atentar hasta en tres ocasiones contra el expresidente del Gobierno durante la campaña de las elecciones municipales del año 2001. Los cuatro etarras acusados formaban el comando que se encargó de trasladar el lanzamisiles y ponerlo a disposición de los etarras que debían ejecutar el atentado. Las tres tentativas tuvieron lugar en Bilbao, San Sebastián y Vitoria, adonde se desplazó Aznar para varios actos.

El etarra que confesó, para quien la Fiscalía solicita 71 años de prisión, señaló a los agentes los lugares donde se entregó el lanzamisiles, que escondían en un local público de la localidad de Lizartza, donde vivía el cabecilla del comando, Luis Ignacio Iruretagoyena , experto en explosivos. Iruretagoyena ha sido el único acusado que ha reconocido su pertenencia a la banda terrorista en diferentes etapas de su vida.

Otro de los elementos citados por el Ministerio Público ha sido una entrevista a dos etarras en el diario Gara en la que se reconoce el plan para asesinar a Aznar por todos los medios. Los terroristas aseguraban que los misiles fueron «activados» en tres ocasiones. «Por desgracia, las acciones no cumplieron su objetivo», expresaron los terroristas.

Además, en documentación incautada a ETA en diversas operaciones policiales se hablaba de la utilización de estos misiles contra objetivos muy concretos: el Rey, el presidente del Gobierno (Aznar) y los ministros. Uno de los expertos en explosivos que ha declarado como perito en la vista oral ha asegurado que si el misil hubiera sido disparado «las posibilidades de supervivencia son prácticamente nulas». Cuando detuvieron a los dirigentes etarras Mikel «Antza» y Soledad Iparraguirre «Anboto» se encontraron dos misiles tierra-aire soviéticos.

Los cuatro etarras han negado las acusaciones y han rechazado incluso que se conocieran entre ellos hasta el día de hoy. Olano, cuya declaración es clave, ha alegado que fue torturado por la Guardia Civil y que las acusaciones son «completamente mentira». Su letrado ha cargado contra el médico forense de la Audiencia Nacional por «dejación de funciones» y ha asegurado que no hay pruebas.

La Fiscalía ha respondido que el interrogatorio policial se llevó a cabo cumpliendo todos los requisitos legales, en presencia de letrado, y que no hubo malos tratos en ningún caso, como han confirmado los agentes que participaron en la detención y el médico forense.