Las familias de los presos etarras, claves para el futuro de Otegi

«Está presionado -precisan fuentes de la lucha contra el terrorismo consultadas por ABC-. Por una parte, los familiares de los terroristas presos le exigen que cumpla la promesa que hizo en 2016 , al salir en libertad, cuando se comprometió a llevarlos al País Vasco, primero, y luego a excarcelarlos; por otra, sabe que tiene que seguir apoyando al Gobierno de Pedro Sánchez, porque la alternativa es el Partido Popular y es muy consciente de que con esta formación en el poder no tiene posibilidad alguna de arrancar concesiones».

«Es un equilibrio endemoniado -añaden las mismas fuentes-, porque Arnaldo Otegi es plenamente consciente de que si no consigue avances en el tema penitenciario , más allá de los acercamientos que se han hecho hasta ahora, las familias se le pueden echar encima».

No es que vaya a haber movimientos en ese sentido en el corto plazo, porque tampoco hay de momento otras personas con suficiente peso político que le puedan hacer sombra, pero en algunos sectores se empieza a cuestionar su papel. «Sobre todo -añaden otras fuentes-, los presos que aún no cumplen condena en el País Vasco o Navarra y sus familiares». Hay que recordar que a día de hoy más del 55 por ciento de los 184 etarras encarcelados están ingresados en centros penitenciarios de otras comunidades autónomas , aunque también es cierto que hay un buen número de ellos que se encuentran en regiones muy cercanas.

El de los presos es un asunto potencialmente inflamable en la izquierda abertzale; de hecho, la única escisión que se conoce en ese mundo, que se articula en torno a ATA, tiene mucho que ver con los reclusos más duros de la banda, que mostraron su rechazo a la disolución de ETA.

La última movilización de internos que siguen a este grupo fue la huelga de hambre de 20 días que mantuvo en agosto pasado el terrorista Iñaki Bilbao, alias Txikito -asesino del concejal socialista de Orio Juan Priede y actualmente en la cárcel de Topas (Salamanca) tras ser acercado por Interior-, que obligó a su hospitalización. El objetivo de la protesta, según explicó entonces ATA, era «la reivindicación de independencia y socialismo para la clase trabajadora vasca y para Euskal Herria».

El peso de este grupúsculo es pequeño, pero Arnaldo Otegi sabe que puede ganar peso si en un plazo de tiempo razonable no hay resultados concretos en materia penitenciaria. «El apoyo electoral a la izquierda abertzale se sitúa en un máximo de 300.000 votos; si se divide, su representación puede caer», explican las fuentes.

«Para la izquierda abertzale es clave el apoyo de los familiares de los presos porque les hace tener un relevante peso social; son ellos los que se manifiestan cada semana, los que tienen una capacidad de movilización que los de Otegi están perdiendo », añaden. «Ha desaparecido ETA, que era el frente militar del autodenominado Movimiento de Liberación Nacional Vasco, el MLNV, pero éste continúa, y dentro de él los encarcelados tienen una importancia capital», explican los expertos consultados.

Uno de los momentos en los que hubo más reproches de los presos y su entorno fue en 2019, tras la conformidad que alcanzaron los 47 abogados del frente de cárceles de ETA, encabezados por Arantza Zulueta y Jon Enparantza , en el juicio celebrado en la Audiencia Nacional. Esos letrados eran los que mantenían la disciplina interna de los etarras encarcelados y evitar que se acogieran a beneficios penitenciarios individuales. Que pactaran con la Fiscalía a cambio de una rebaja de las penas provocó un fuerte malestar entre los reclusos y allegados.

Pero los enfrentamientos entre la izquierda abertzale 'oficial' y ATA son cada vez más duros, hasta el punto de que no hace mucho hubo una pelea a puñetazos en Lezo entre un afín a Otegi con un 'rebelde', que le reprochaba que habían «prometido cosas que no estaban cumpliendo». «La división es evidente; hay muchos que apuestan por el comunismo; otros, abogan por destruir el Reino de España, pero también la 'República Vasca', que vinculan a Otegi y repudian antes de que nazca... Sortu va a hacer un Congreso para intentar recuperar gente. En fin, es una situación complicada para ellos».

La mayor parte de los presos, que se siguen moviendo en la ortodoxia, son controlados por Sare, una organización con apariencia de ONG que tutela Bildu. Las fuentes consultadas explican asimismo que «además de pedir el acercamiento y la libertad de los presos envuelta en la bandera de los derechos humanos, ayuda a los familiares para que puedan visitar a los internos». En definitiva, se trata de la sucesora de Herrira en el apoyo y control de los encarcelados.

Su portavoz es Joseba Azkarraga , exconsejero de Justicia vasco, y entre sus rostros visibles están Ane Muguruza , hija del diputado de Herri Batasuna Josu Muguruza asesinado en 1989 en Madrid por la extrema derecha; Edurne Brouard , hija del dirigente batasuno asesinado hace 30 años por los GAL Santiago Brouard, o el excoordinador de Elkarri, Paul Ríos. Colabora también con esa 'red ciudadana' -así la definen sus miembros- Etxerat, la asociación de «familiares y allegados de presos/as, exiliados/as y deportados/as políticos vascos», según se explica en su web.