Fago: Las claves de la tragedia

Mainar, ¿víctima o verdugo?
Pocos días después del trágico suceso el caso daba un giro de 360 grados al conocerse que Santiago Mainar, amigo de juventud del edil asesinado y eterno enemigo desde que éste se hiciese con la alcaldía, se autoinculpaba y afirmaba ser el asesino del alcalde. «Tenía que matarlo», aseguraba sin dudarlo. Sin embargo, dos años después del fatídico suceso Mainar se denominaba a sí mismo "Mesías" y argumentaba que su confesión sobre el asesinato era inventada. Una confesión que aún sin saber si es real o ficticia deja muchas incógnitas sin resolver en el aire.
Preguntas sin respuesta
Desde que se celebrase la primera sesión del juicio con la declaración de Mainar y tras los testimonios de familiares, amigos y expertos peritos y psicólogos las contradicciones no hacen más que revolotear sobre la escena del crimen dejando cabos sueltos que tanto la defensa como el fiscal intentan resolver para dar con la solución del enigma. Autoinculpación «por el bien del pueblo»: Durante su declaración, Santiago Mainar dio a entender al fiscal que la Guardia Civil le había ofrecido datos sobre el crimen . Esto, unido a la afición que Mainar dice tener a las novelas policiacas le habría proporcionado -según el propio acusado- la base suficiente para elaborar una confesión a medida días después del asesinato. La hermana de Mainar, además, defiende el "altruismo" de su hermano y su "capacidad de entrega" a los demás.
El "croquis" perfecto: Algunos de los guardias civiles presentes en Fago durante la detención de Mainar aseguraron al fiscal que solicitaron al acusado un croquis detallado para plasmar todo lo que pudiera recordar sobre el asesinato. Uno de los guardias civiles confirmó también que Mainar n o tuvo ninguna indicación de cómo tenía que elaborar dicho croquis y que actuó libremente y "sin ningún tipo de presión".
Restos de pólvora: Ante las sospechas del fiscal sobre los restos de pólvora encontrados en las manos de Mainar después del crimen, tanto el acusado como su abogado, Marcos García Montes, no han dudado en reiterar que la profesión de Mainar como agente forestal hace que, entre otras cosas, se dedique a recoger casquillos del suelo, lo que explicaría los restos de pólvora en la piel del acusado. Santiago Mainar padecía cataratas: El hecho de que Mainar sufriera cataratas cuando se produjo el asesinato en Fago ha sido una de las tesis fuertes sostenidas por la defensa del acusado para alegar que Mainar no podía disparar al alcalde. Sin embargo, varios médicos forenses desmontaron muy pronto la teoría de García Montes al aclarar que las personas que sufren cataratas tienen incluso mejor visión durante la noche que durante el día, y que no existía ningún impedimento para que Mainar reconociera la figura de Grima y ejecutase el disparo.
Bidegain, «casi seguro» de que no era Mainar
: El médico vasco Iñaki Bidegain viajaba con su mujer y su hija en coche cerca del lugar del crimen. La noche del suceso, la familia se cruzó en el punto del crimen con el coche del alcalde y, según el testigo, un hombre al que no pudo ver la cara salió del vehículo. Bidegain admitió en su declaración estar "casi seguro" de que no era Mainar, ni por la silueta de la cara ni por la altura.
ADN en el coche de Grima: Según han demostrado las pruebas periciales, el ADN encontrado en el coche de Grima correspondía a Santiago Mainar. Una de las bazas con las que ha contado García Montes para desmontar esta teoría ha sido la afirmación por parte de Mainar y de su hermana Marisa que el alcalde dejaba a menudo el coche cerca de la puerta del domicilio de Santiago, por lo que el acusado tenía que mover en varias ocasiones el vehículo, de ahí los restos de ADN. Sin embargo, la viuda del edil asesinado, Celia Estalrich alegó que su marido "nunca dejaba el coche en la calle, sino que lo guardaba en el garaje y nunca supuso un obstáculo para Mainar".
Demasiados enemigos
Que la gestión de Grima en Fago había ocasionado evidentes desavenencias entre el edil y un número considerable de vecinos era uno de los principales motivos de preocupación de la familia. La viuda de Grima llegó a asegurar en su declaración que "íbamos a irnos de Fago por miedo" y que su marido llevaba tiempo "atemorizado" por las amenazas de los vecinos. La ex alcaldesa de Castiello de Jaca, Esther Franco, confirmó el pasado jueves en la cuarta sesión del juicio que tras conocerse la noticia de la muerte de Miguel Grima hubo "jolgorio" y "alegría" en el único bar de Fago. Sin embargo, varios testigos han negado tanto la existencia de un grupo organizado de oposición a Miguel Grima como que se celebrara su muerte con "risas y jolgorio" en el bar del pueblo.
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