El F-18 siniestrado en Torrejón de Ardoz tenía más de 25 años

En el fatal accidente, ocurrido a las once de la mañana, perdió la vida el teniente Fernando Pérez Serrano , de la 65 promoción. Nacido en Murcia, tenía 26 años de edad y estaba soltero.

Este piloto tenía como destino el Ala 12 de Torrejón de Ardoz desde julio de 2014 y sumaba más de 700 horas de vuelo. Ingresó en la Academia General del Aire en el año 2009. De familia militar, su padre es coronel del Ejército del Aire.

La Comisión para la Investigación Técnica de Accidentes de Aeronaves Militares (Citaam) -dependiente del propio Ejército del Aire- ya está al frente de los trabajos para clarificar las causas del accidente que, todo hace indicar, se debió a una avería en el motor.

Fuentes militares consultadas por ABC describen que el avión F-18 «perdió potencia al despegar, ya que se elevó unos metros pero no pudo seguir con la maniobra . Sobrepasó la pista de despegue y se ladeó a la derecha».

La ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal , confirmó esta teoría desde Barcelona al asegurar que el avión habría perdido fuerza al despegar. Después de trasladar su apoyo, cariño y comprensión a la familia del teniente Pérez Serrano y al Ejército del Aire, Cospedal señaló que el militar ejercía «una profesión de riesgo» y que, «aunque esto no es un consuelo», en este tipo de profesiones «a veces ocurren estos accidentes».

La ministra anunció que pedirá comparecer en el Congreso para explicar las circunstancias de los dos accidentes de aviones militares ocurridos en cinco días, en los que han muerto dos pilotos. El pasado 12 de octubre el capitán Borja Aybar falleció cuando el avión Eurofighter que pilotaba se estrelló en la base aérea de Los Llanos (Albacete) tras regresar del desfile aéreo por el Día de la Fiesta Nacional.

El avión F-18 «Hornet» siniestrado ayer entró en servicio en la base de Torrejón de Ardoz entre marzo de 1989 y 1992 , por lo que tenía al menos 25 años de antigüedad. Durante estas fechas la base madrileña sustituyó progresivamente a los aviones F-4C «Phantom».

«Como todos los aparatos ha venido realizando todas las revisiones y operaciones de mantenimiento con regularidad. Además, también se adaptó su software», explicaron las mismas fuentes militares consultadas por ABC.

En 1986, tres años antes que Torrejón de Ardoz recibiera los F-18, la base de Zaragoza ya comenzó a recibir las primeras unidades de F-18 «Hornet» para el Ejército del Aire en virtud del acuerdo suscrito en 1983 entre los Gobiernos de Felipe González y Ronald Reagan. El F-18 también es el avión en servicio en la base grancanaria de Gando , tras un breve paso por Morón de la Frontera (Sevilla).

Con el accidente de ayer, el Ejército del Aire tiene ahora 85 cazas F-18 en servicio (se compraron 96 unidades, siendo 24 de segunda mano). Otros diez aviones F-18 sufrieron ocho accidentes desde 1988 y hasta 2009 causando baja de la flota militar española.

A los aviones destacados en Gando les restaría unos 3-5 años de vida operativa. Mientras que los de Zaragoza y Torrejón de Ardoz deberían ser relevados en 2025, según las fuentes consultadas.

Precisamente, el Ejército del Aire comienza a plantearse ya el relevo de sus F-18 para ser sustituidos por otro modelo de avión de combate. Hay dos opciones posibles: el estadounidense F-35 o el nuevo proyecto de avión de combate europeo que Alemania y Francia quieren impulsar junto a Airbus y Dassault el Futuro Sistema Aéreo de Combate (FCAS, en sus siglas en inglés).

El F-18 «Hornet» es un caza polivalente bimotor de cuarta generación fabricado por la empresa estadounidense McDonnel Douglas, integrada desde 1993 en el gigante aeronáutico Boeing. El Ejército del Aire lo suele utilizar para las operaciones de defensa del espacio aéreo nacional: las denominadas misiones «scramble» para interceptar aeronaves no identificada.

Los F-18 españoles han participado en misiones internacionales cuando se encontraba activado el Destacamento Ícaro (1994-2002) desplegado en la base de Aviano (Italia) y que operaba con la OTAN en los Balcanes, realizando las primeras acciones de combate del Ejército del Aire desde la campaña de Ifni-Sahara en 1958.

Este mismo año, de mayo a agosto, cinco F-18 españoles de la base de Zaragoza participaron también en la misión de la OTAN en el Báltico acumulando 600 horas de vuelo. Además, el año pasado participó en el ejercicio militar Red Flag en Nevada (EE.UU.).