«Estamos viviendo la exposición más directa y real al trauma de la guerra»
Sanitarios del Hospital Militar de Zaragoza atienden a 14 soldados ucranianos que se recuperan de lesiones muy complejas
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Iniciar sesiónUn mes. Es el tiempo que ha pasado desde que aterrizó en España el primer avión militar con ucranianos heridos de guerra . El vuelo llegó el 5 de mayo a la Base Aérea de Zaragoza con tres pacientes que ... fueron trasladados al Hospital General de la Defensa de esa ciudad. Catorce días después ingresaron en este mismo centro otros once ucranianos. «El Ministerio de Sanidad de Ucrania nos pasó una lista y seleccionamos aquellos que nuestro hospital, por sus capacidades, podía atender», explica su director, el coronel Juan Antonio Lara .
«Para nosotros, todos los miembros de las Fuerzas Armadas somos como una gran familia. Consideramos a estos pacientes parte de nuestra familia militar», explica el coronel Lara, al tiempo que apunta que la invasión de Ucrania por parte de Rusia «es una guerra de Europa en su conjunto»: «Ellos [los soldados ucranianos] están en el frente y se exponen físicamente, a nosotros nos ha tocado estar en la retaguardia» .
Esta semana, la ministra de Defensa, Margarita Robles , visitó a estos pacientes ucranianos, «héroes» de guerra a quienes deseó una pronta recuperación: «Nos sentimos muy orgullosos de poder ayudar, creo que el trabajo que estáis haciendo en Ucrania es heroico, luchando por la paz. Sois un ejemplo para el mundo». Robles añadió: «Esperamos que la guerra acabe pronto, que podáis volver a casa y que os sintáis muy orgullosos».
Los catorce pacientes llegaron «con lesiones de gran complejidad que afectan a diferentes órganos», cuenta el coronel Lara. Se trata de heridas ocasionadas principalmente por dos motivos: por arma de fuego o por onda expansiva . La diferencia es que las primeras lesiones «suelen estar localizadas en una o dos extremidades», mientras que los heridos por una onda expansiva suelen tener afectadas «varias extremidades, cabeza, cara, cuello, globos oculares...», dice el jefe del Servicio de Traumatología, el teniente coronel Juan Sevilla Tirado, quien señala también que tienen traumas acústicos.
Según el teniente coronel Sevilla, los pacientes aterrizaron en España con una cirugía de control de daños , «que es la que se hace en el primer momento en el que hay una lesión severa en una extremidad». Llegaron con las fracturas ya estabilizadas y unas primeras curas ya hechas, por lo que «venían ya pacientes amputados».
Tras las primeras cirugías, ya son ocho los pacientes que han comenzado con un tratamiento de rehabilitación. «Se someten a dos horas de fisioterapia diaria. Estamos a la espera de que otros cuatro empiecen después de una cirugía», cuenta el jefe del Servicio de Rehabilitación, el coronel Alfredo Blasco. Y afirma: «A algunos se les está gestionando colocarles una prótesis y para los que han sufrido lesiones severas, y tienen que ir en silla de ruedas permanentemente, el tratamiento tiene que ser lo más eficaz para que puedan deambular y tener independencia lo antes posible».
Jóvenes entre 21 y 25 años
La mayor parte de estos catorce heridos tienen entre 21 y 25 años. Desde hace un mes conviven con el dolor físico y el que les produce el trauma ; con la frustración de no poder seguir luchando y la preocupación de estar lejos de sus familias, con el silencio y soledad que sienten entre una comunicación y la siguiente. «Estamos viviendo la exposición más directa y más real al trauma de la guerra. Son traumas con una intensidad muy grande», reconoce la jefa de Psiquiatría, la teniente coronel Araceli Gámez . De ahí que el equipo médico del hospital también tenga que cuidarse si quiere seguir ayudando a sus compañeros ucranianos: «Muchos de nosotros, sobre todo los militares, estamos entrenados para trabajar con este tipo de situaciones. Aún así, para nosotros también es un esfuerzo muy grande y estamos trabajando para sacar aprendizajes positivos».
«La inmensa mayoría de los pacientes ha dejado allí a sus familias. Unos en zonas ocupadas, otros en zonas arrasadas o incluso en zonas de conflicto activo. De hecho, este es uno de los principales factores que influyen para su recuperación y tratamiento desde el punto de vista psicológico», relata la teniente coronel Araceli Gámez. «Todos nos han expresado su intención de volver a Ucrania lo antes posible , para ayudar a sus compatriotas y estar con sus familias. Quieren recuperarse para volver, lo cual es favorable», admite la teniente coronel Gámez.
Ninguno de los heridos ha querido participar en este reportaje. Es pronto para hacerlo, incluso para el paciente de 50 años, el único más mayor, que es un veterano militar de Ucrania. Prefieren mantener su identidad en el anonimato. Es pronto incluso para que puedan abordar una terapia de grupo entre ellos, que saben mejor que nadie lo que es vivir el terror de la guerra.
«Es difícil realizar una intervención psicológica si tu foco de introspección está situado en un lugar lejano y fuera de tu propia historia personal. De momento la terapia que siguen es individual , pero sí les permitimos, dentro de eso, que tengan sus propios espacios de ventilación emocional , no solamente con nosotros, también con todos los profesionales del hospital», resalta Gámez.
«Luchan por nosotros»
En esos ‘espacios de ventilación’ entra también en escena el resto del personal del hospital: enfermeros, celadores, equipo de seguridad y limpieza... Incluso los intérpretes de la asociación Aura, ciudadanos ucranianos que llevan años viviendo en España y que se toman el acompañar a sus compatriotas como una obligación diaria, ya que entienden que es la mejor forma de ayudar a su país.
«Todo el hospital empatiza con ellos. Tenemos personal de oficina que va por la tarde a hablar con ellos y darles apoyo», dice el coronel Lara. Un «cariño y compañía» como el que una brigada del Ejército del Aire –que habla perfectamente inglés– le da a la única mujer ucraniana que se recupera en este hospital. Todas las tardes se pasa una hora hablando con ella. «Ayer le trajo un tarro de helado de ‘cookies’», cuenta Lara. Y concluye: «La población tiene una sensibilidad especial con los heridos ucranianos. Creo que todo el mundo entiende que están luchando por nosotros, por la democracia, por una serie de valores que defendemos todos».
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