«Mariate» Caravaca, el enigma de Griñán

Su nivel de conocimiento tras los últimos tres años en que su marido ha ocupado el cargo no tiene nada que ver con Antonia Iborra , la esposa de Manuel Chaves , que durante 20 años ocupó el cargo que ahora ocupa Griñán. Pero, en los últimos dos meses, Caravaca si accedió a ser los ojos y oídos de Griñán en varios actos de partido, eso sí, sin declaraciones políticas.

Llamó mucho la atención su destacada presencia en las visitas que los candidatos a la Secretaría general del PSOE, Carme Chacón y Alfredo Pérez Rubalcaba , hicieron a Andalucía en las vísperas del 38 Congreso Federal del partido. Si lo hiozo fue, precisamente, para evitar a su marido romper la «neutralidad activa» que había proclamado como líder de la federación más importante del partido.

Ni siquiera en los tiempos en que el Griñán consejero y su antecesor en la Presidencia de la Junta eran uña y carne, y los dos matrimonios iban juntos al cine en Sevilla los fines de semana, Caravaca quiso tener protagonismo. En los 42 años de matrimnio que llevan, ella siempre ha preferido el anonimato y dedicarse a su familia, tres hijos y cuatros nietos, y parece haber vuelto a él.

La ruptura de los Chaves y los Griñan en los últimos tres años ha sido total, pero habrá que ver, a juzgar por las palabras conciliadoras de Chaves en la noche electoral: «Yo con Pepe Griñán no tengo que hacer las paces, no he roto ningún tipo de relación, ni mucho menos. Hemos tenido diferencias, pero sólo eso».