España y Marruecos aparcan sus litigios para luchar juntos contra la crisis

Prueba de esa necesidad de abrir nuevas oportunidades económicas es la celebración de manera paralela de un encuentro entre empresarios de los dos países que será inaugurado por el presidente Mariano Rajoy y el primer ministro Abdelilá Benkirán, que encabezan ambas delegaciones gubernamentales.

Los españoles tratarán de seguir abriendo mercado en el vecino magrebí, que para muchos, a pesar de la inseguridad jurídica, se ha convertido en una buena alternativa al espacio europeo . De hecho, España es el segundo socio comercial del reino alauí después de Francia.

Pero además de la crisis, el encuentro del miércoles servirá para que Rajoy , que viaja acompañado de siete de sus ministros (Exteriores, Interior, Agricultura, Fomento, Justicia, Industria y Educación), sea recibido por el rey Mohamed VI y mantenga un encuentro con el jefe del Gobierno, el islamista Abdelilá Benkirán. En su primer viaje al extranjero el pasado enero el presidente español ya fue recibido por ambos. Posteriormente, el primer ministro marroquí fue recibido en La Moncloa.

Con este tercer encuentro de ambos jefes de Gobierno se pretende también escenificar el fin de la desconfianza en el Partido Popular que expresó sin esconderse el líder del Partido Justicia y Desarrollo (PJD) poco antes de que Mohamed VI lo eligiera a finales de 2011 como primer islamista en cabeza del Ejecutivo. Asimismo durante la jornada se firmarán diferentes acuerdos.

Tras la sesión plenaria que tendrá lugar por la tarde en la sede del Ministerio de Exteriores ambas delegaciones harán pública una declaración conjunta en la que pretenderán ahondar en la necesidad de reforzar las relaciones bilaterales por encima de los conflictos. Efectivamente, ni unos ni otros van a querer que problemas como Ceuta y Melilla, la emigración, el malestar de los agricultores españoles por el nuevo acuerdo Marruecos-UE o el Sahara Occidental eclipsen esos intentos de retomar la senda de una relaciones bilaterales fructíferas .

A pesar de todo, grupúsculos de nacionalistas marroquíes tratarán de hacer ruido en diferentes actos de protesta en las ciudades en las que España tiene representación diplomática así como ante el Peñón de Vélez de la Gomera, uno de los territorios españoles frente a costas marroquíes.

Como telón de fondo de esta RAN, Madrid sabe que la estabilidad de Marruecos es su propia estabilidad , especialmente en un momento en que la Primavera Árabe, que se asomó de refilón por el reino de Mohamed VI, mantiene conflictos abiertos en varios países de la región y del mundo árabe.

Rabat, por su parte, nunca desaprovecha la oportunidad en cualquier cita internacional para intentar atraer a su interlocutor hacia su terreno en el que es sin duda la principal inquietud nacional: el Sahara Occidenta l. Y esta puede ser la moneda de cambio que, de una u otra manera, España acabe pagando en perjuicio de los saharauis.