La Ertzaintza neutraliza el comando que atentó contra su comisaría de Ondárroa

El peso de la operación ha corrido a cargo de la nueva División Antiterrorista, creada por Rodolfo Ares para dar un impulso a la implicación de la Policía Autónoma vasca en el combate contra ETA. A lo largo de varios meses, los agentes sometieron a vigilancia a los «legales» ahora detenidos, con la esperanza de que les llevaran a los dos «liberados» que, al parecer, instruyeron y «dinamizaron» al «comando» desmantelado. Sin embargo, los etarras perdieron el contacto con la organización criminal, por lo que los responsables policiales decidieron la intervención.

Así, el operativo se inició en la madrugada y abarcó los municipios vizcaínos de Ondárroa y Guizaburuaga, y a los guipuzcoanas de Deba y Motrico. Fruto del mismo fueron arrestados Ibón Iparraguirre Burgoa, de 36 años, considerado el jefe del «comando, que tiene antecedentes relacionados con la tenencia de estupefacientes; sus dos secuaces, Xeber Uribe Beitia, de 32 años, y Asier Badiola Lasarte, de 29; así como a Javier Zubizarreta Lejardi, de 40, y Jon Iñaki Esnaola Alba, de 34, que colaboraban de manera circunstancial, prestando su vehículo para los atentados.

Las primeras investigaciones vinculan al «comando» con el ataque perpetrado con un coche bomba con más de cien kilos de explosivo contra la comisaríoa de Ondárroa, el 21 de septiembre de 2008. Los terroristas lanzaron antes un cóctel molotov para atraer la presencia de los ertzainas, lo que confirma que con aquella acción la banda intentó provocar una matanza entre los agentes. Seis de ellos resultaron heridos, mientras que debido a los cuantiosos daños la comisaría permaneció cerrada un año. Al parecer, uno de los detenidos intervino en el traslado, desde Francia, del Peugeot 307 cargado ya con explosivos.

Antes, el 28 de julio de ese mismo año, el grupo atacó, en Orio, la maquinaria de las empresa Fonorte y Acciona, que participa en las obras del AVE vasco. Se le atribuye también el atentado cometido el 30 de marzo de 2008 contra un repetidor de telefonía situado en la localidad guipuzcoana de Azpeitia.

Se investiga si el «comando» cometió el atentado contra el Patronato Militar de Santoña, en el que resultó muerto el brigada del Ejército Lui Conde. De hecho, entre el material incautado hay recortes de periódicos que recogen la noticia de esta acción criminal y el ataque a la comisaría de Ondárroa.

Los agentes procedieron, además, a ocho registros en los domicilios de los sospechosos, en dos locales, uno de ellos utilizado por la «izquierda abertzale» en Ondárroa, y en una caseta de monte.

En el domicilio de Iparragirre los ertzainas se incautaron de una pistola «Star», explosivo, al parecer pentrita, y diverso material para la fabricación de bombas lapa. Se halló además material informático y documentación impresa, que está siendo analizada.