El embajador de España se reunió ayer con el capitán
Han tenido que pasar tres meses, desde que el petrolero fuera apresado el 21 de agosto, y que ABC desvelara ayer en su edición digital las amenazas de los militares guineanos para que el Gobierno español se tomara en serio la situación del «Virginia G».
Lo que no ha hecho en todo este tiempo lo hizo ayer, horas después de que se conociera la violenta actitud del Gobierno de Guinea, como denunció a ABC el propietario del barco. El asalto por la fuerza del buque y el intento de confiscarlo, con la carga de petróleo que lleva dentro, obligó al embajador de España en este país africano ha establecer comunicación con el capitán. Pero no sólo se quedó ahí, sino que envió un coche, con dos personas de la embajada, para trasladar al capitán a la sede diplomática.
Ya en el interior de la legación española, el capitán, que estaba acompañado por el abogado que representa los intereses de la empresa española, mantuvo una reunión con el embajador con el objetivo de analizar la crítica situación. Además, también se encontraba en el edificio el embajador de Cuba en este país africano, ya que una parte de los tripulantes del petrolero son cubanos.
El capitán permaneció durante todo el día de ayer dentro de la sede diplomática y, al cierre de esta edición, todavía continuaba dentro, a la espera de que el Gobierno español realice algún tipo de gestión que ponga fin a las amenazas de los militares.
El propietario del petrolero aseguró a ABC que desde que se produjo la intervención de la embajada española, los militares, que continúan a bordo del «Virginia G», «suavizaron las formas y la actitud tan amenazante que habían mantenido por la mañana».
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