A Elena le rebajaron el nivel de riesgo aunque su expareja quebrantó dos veces la orden de protección

Román fue condenado por agredir a  Elena y a su hija de 11 años. Pero atenuaron la condena por alcoholemia y no entró en prisión. Le prohibieron durante un año comunicarse y acercarse a 300 metros. Quebrantó la medida una vez y se archivó.  La quebranto la segunda vez con unas amenazas telefónicas y tampoco pasó nada. La policía local encargada de la valoración de riesgo lo rebajó en octubre sin tener en cuenta ningún episodio. Elena que había sido valorada como riesgo alto tras la primera denuncia, fue evaluada de riesgo medio en octubre. De vigilar los movimientos de Román, pasaron a no vigilarle a él, y solo centrarse en el control ocasional de Elena que llevaba pulsera telemática.