Ejecutivo de día, yihadista de noche

Y eso, presuntamente, es justo lo mismo que pretendía hacer Zaghnane, aunque con un tipo de talento muy específico, al servicio del terrorismo islamista. Fuentes de la lucha antiterrorista a las que han tenido acceso ABC revelaron que desplegaba sus capacidades de captación, no en las mezquitas de Pinto, –la localidad madrileña donde fue detenido el martes como jefe de una célula terrorista islamista–, sino en los alrededores, entrando en contacto con jóvenes en espacios fuera del control de los templos del Islam . Y «se llevaba a los chicos a entrenar al gimnasio» , probablemente el mismo al que él acudía con los otros tres arrestados en la operación de esta semana, lo que se ha interpretado como parte de la preparación para dar un próximo salto a Siria. O para que lo dieran sus prosélitos.

Zaghanane, el yihadista que explicaba de cursillo en cursillo «power points» lleno de brillantes ideas sobre capacidades, rendimiento, productividad y contratación de cerebros, rompe el falso cliché de marginalidad e inadaptación que se ha creado en torno a quienes caen en la órbita del Daesh.

Su estatus y su formación refuerzan la certeza de que este terrorismo islamista con vocación de instaurar el califato global no se dirige a clases, ni a géneros ni a nacionalidades, sino que va a por todas, y en su tarea de construcción de Estado requiere combatientes, pero tanto como mecánicos, arquitectos, mujeres que paran hijos, carpinteros, expertos en comunicación. O también en mercadotecnia; esto es, grandes conocedores de las técnicas capaces de conseguir que un producto –o una idea– sea más atractivo a los ojos del comprador, lo que no deja de ser una forma de propaganda.

Según la investigación, realizada por el Servicio de Información de la Guardia Civil, los detenidos llegaban en persona y a través de las redes sociales a centenares de personas , de las que seleccionaban luego grupos más reducidos. Es a estos a quienes sometían a un proceso de adoctrinamiento y la radicalización , fase ideal para poner en práctica la amplia experiencia como «coaching» atesorada por Zaghnane a lo largo de su larga trayectoria de once años como director de mercadotecnia.

Muestra de su dominio sobre el uso de Internet y de las redes sociales son estas declaraciones que realizó al periodista de ABC Carlos Manso el pasado febrero en el marco de un estudio sobre infoempleo. Zaghnane ofrecía «consejos para mejorar nuestra reputación online». A saber: «Ser auténticos, considerar nuestro blog para generar nuestra propia información, estar atentos a la calidad de nuestros contactos o ser socialmente activos. Pero ante todo, "estudiar" nuestra marca personal y descubrir la conexión entre las necesidades exteriores y nuestras características personales». Y añadía que «en los reclutadores –referido en este caso a buscadores de talento para el ámbito laboral– impera el sentido común», y que «son pocas las ocasiones en que un candidato es descartado por su conducta en las redes». También recomendaba ser «conscientes de que cuando compartimos algo, la gente va a leerlo». Palabras estas, en todo caso, que a la luz de lo acaecido cobran una dimensión sobrecogedora.

Se cree que por su posición, Zaghane ha debido tener un importante ascendente sobre otros individuos de su comunidad. Uno de sus colaboradores, también detenido, es el marroquí Annas B, del que ayer se supo, según la agencia Efe, que había regresado a España tras intentar hacerse pasar por refugiado en un tercer país . Otro de los detenidos era un portero de discoteca de físico imponente que se movía en ambientes de la delincuencia común.

Las investigaciones comenzaron en 2012 y desde ese momento su líder ha sido permanentemente vigilado por el Servicio de Información de la Guardia Civil. Durante todo ese tiempo se analizaron sus relaciones sociales y su actividad en internet, y ha sido ahora, cuando varios factores han coincidido, el momento elegido para la detención de la célula. La máxima en estas investigaciones es actuar en cuanto se percibe el mínimo peligro, y esta vez no ha sido una excepción.

Ayer mismo la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela, que instruye las diligencias, ordenó el ingreso en prisión de todos los detenidos. Los acusa de un delito de terrorismo en relación con la captación y adoctrinamiento de personas.