El fin del «efecto ZP»
15 de abril de 2004. El talante de «ZP», como se hizo llamar José Luis Rodríguez Zapatero en la campaña electoral, había ganado en las urnas apenas un mes antes y se imponía en la sociedad. Así se expresó en el debate de investidura en ... el Congreso: «Se abre ahora un tiempo nuevo en la vida política de España. En él quiero asegurar el protagonismo ciudadano a que todos tenemos derecho en una sociedad tolerante, laica, culta y desarrollada como debe ser la nuestra. Hasta el día de hoy he prometido un cambio sustentado en valores como el diálogo,el respeto, el pluralismo, la tolerancia y la transparencia. Con este talante quiero centrar la actividad del Gobierno».
En ese debate, la palabra «talante» se pronunció 35 veces, mientras que el «paro» sólo se escuchó una vez, en boca de Mariano Rajoy. Cinco años después, el tiempo nuevo que aventuraba un Zapatero recién bendecido por las urnas se había transformado en la peor crisis que sufría España en décadas. En el debate sobre el Estado de la Nación, el 12 de mayo de 2009, la palabra «talante» sólo se pronunció en siete ocasiones, mientras que en el hemiciclo del Congreso se habló de «paro» 75 veces.
«Del talante al paro» podía ser un titular que resumiera esta etapa. En este tiempo, cuando se van a cumplir ya seis años desde la primera victoria del PSOE de Zapatero en las urnas, la popularidad del presidente del Gobierno ha caído en picado, hasta situarse por debajo del cuatro de valoración media, según el último barómetro del CIS, correspondiente a enero. Los expertos en comunicación política y procesos electorales ya advirtieron en ABC que la «marca ZP» se había convertido en un lastre para el PSOE, siglas que ya cotizan más que su líder. En abril de 2004, Zapatero se estrenaba como presidente del Gobierno en los barómetros del CIS. Era el líder mejor valorado con diferencia, con un 6,61. Rajoy partía como jefe de la oposición con un 4,83.
A la baja con ETA
Zapatero mantuvo una media alta para lo que suelen ser las valoraciones de líderes políticos. Durante el año siguiente su nota media fue un 5,88. En octubre de 2005, sin embargo, registró su primer suspenso: 4,86. El Ejecutivo se encontraba en pleno acercamiento a la banda terrorista ETA, y el PSOE había impulsado en el Congreso una moción de apoyo al diálogo con los etarras.
El anuncio de ETA de un alto el fuego «permanente», en marzo de 2006, se tradujo en un repunte de la valoración de Zapatero un mes después: subió a 5,39. Fue un espejismo, porque según se conocían detalles de la negociación con ETA, su nota bajaba y llegaba al 4,76 en octubre de 2006, la más baja de su primera legislatura.
Zapatero se recuperó algo ante las elecciones locales y autonómicas de 2007, y alcanzó un 5,58 en abril de 2008, tras ganar por segunda vez las elecciones. Ésa fue la última vez que logró un aprobado. Desde entonces, su popularidad cayó en picado, casi al mismo ritmo que la economía española, hasta situarse, este enero, por debajo del 4. Y sin haber anunciado aún el «pensionazo».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete