El dolor de la irrelevancia
Todo por un voto. El partido de Rosa Díez peleó hasta el final para que el PSOE no obtuviese el escaño 25, aunque tuviera que favorecer a Eusko Alkartasuna
Era su oportunidad para que, con un solo escaño en el Parlamento vasco, ser decisiva frente a su mayor enemigo político: el PSOE. A Rosa Díez sólo le quedaba una baza para intentar que los socialistas no sumaran el escaño 25, y era que el voto emigrante no le quitara a Eusko Alkartasuna su segundo escaño. El día era ayer, fecha fijada para el escrutinio final y la jornada que le podía haber dado la gloria y el gusto personal de obligar a Patxi López a pedirle el voto.
Pero no pudo ser. La resistencia numantina de UPyD por intentar mantener su posición decisiva no dio sus frutos, aunque se fajó en intentar que Eusko Alkartasuna (EA) mantuviera su segundo escaño.
El escenario que se vivió en el escrutinio dejó más de una sorpresa. El PSOE se atribuyó el escaño por un solo voto frente a EA, pero UPyD parecía no ver claro el resultado e impugnó una mesa. La clave era la mesa 46B de Vitoria, allí se evaporaban todos los sueños políticos de Rosa Díez en estas elecciones vascas. Su partido solicitó la anulación de los resultados y reclamó, sin ser escuchada, la repetición de las elecciones con la clara intención de favorecer a EA, aun a costa de traicionar su discurso constitucional.
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