El desayuno de oración al que va Zapatero es para compromisos de segundo nivel
El presidente de AP Hernández Mancha acudió invitado por Reagan en 1988 y antes fueron ministros de Franco
«Lo incomprensible es que Zapatero haya aceptado esa invitación siendo como es «copresidente» de la Unión Europea; o no se entera, o es que todo le da igual con tal de tener su foto mensual con Obama». Todavía quedan miembros del Partido Popular, de ... la vieja AP, que conocen a fondo lo que es y lo que significa el «desayuno de la oración» al que acude el presidente de los Estados Unidos. En la sede de Génova recurrieron a esa cita en febrero de 1988 para que su entonces presidente, Antonio Hernández Mancha, hoy ya fuera de la política, pudiera saludar a Ronald Reagan y que el momento fuera inmortalizado con testimonio gráfico.
El sucesor de Manuel Fraga acababa de llegar al cargo y necesitaba alguna proyección internacional. La convocatoria al acto era y es una fórmula habitual de la Casa Blanca para dar audiencia a invitados de «segundo nivel», ministros, jefes de la oposición o presidentes del poder legislativos con convicciones religiosas, no para jefes de Ejecutivo de países occidentales y aliados. Tony Blair visitaba asiduamente la Casa Blanca cuando era primer ministro y asistió a su primer «desayuno de oración» después de dejar el poder y de convertirse al catolicismo.
Para los norteamericanos es una celebración que responde a la misma esencia fundacional de los Estados Unidos, de un gran sentido religioso de base calvinista. Es un día de oraciones y plegarias abierto a todo tipo de confesiones con el presidente de los EE. UU. de anfitrión.
Antonio Hernández Mancha, que asistió a la cita acompañado por Alfonso Osorio, logró ser saludado por Ronald Reagan, que se sorprendió por la juventud del presidente de Alianza Popular. Los medios gubernamentales en España ridiculizaron el «desayuno de la oración» y el breve intercambio de frases entre el dirigente de Alianza Popular y Reagan. Recordaron incluso que ese era el recurso de los ministros de Franco para decir que habían sido recibidos por el máximo mandatario de los Estados Unidos. Citaban como último ejemplo el de Federico Silva Muñoz.
Visita de provecho
A Mancha le recibió en el desayuno el entonces vicepresidente George Bush que, a su vez, le remitió a su hijo, que daba sus primeros pasos en política y con quien el jefe de Alianza Popular entabló una gran amistad que dura hasta ahora. El joven presidente de AP (36 años) asistió al acto, entre oficial y oficioso, asombrado ante la demostración de religiosidad y tradición que hacían dirigentes políticos y espirituales de varios países reunidos por Reagan.
Hernández Mancha estableció una relación personal con George Bush hijo que le fue de gran utilidad después para su carrera fuera de la política. Al año siguiente de la cita en los Estados Unidos fue relevado por Manuel Fraga quien, a continuación, promovió un nuevo proceso sucesorio en el partido que llevó a la presidencia del mismo a José María Aznar en la refundación de 1989.
Hernández Mancha asesoró a la Administración norteamericana y tiene un próspero despacho de abogados en uno de los mejores barrios de Madrid, cerca de la sede central del PSOE.
Después de la visita de Hernández Mancha otros dirigentes del PP han estado en los «desayunos de oración», como el actual portavoz del Grupo Popular en la Comisión de Exteriores, Gustavo de Arístegui.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete