Una decena de empresarios catalanes «arrepentidos» delatan a competidores

Esas tres compañías son las más favorecidas por estas supuestas prácticas corruptas, pero el «club de empresas» –como lo denomina la Guardia Civil en sus diligencias– abarca una veintena, según el archivo «Empresas. Doc» encontrado en el ordenador del tesorero de CDC y de las fundaciones Fórum Barcelona y Nous Catalans, Andreu Viloca. Viloca, en prisión desde el 22 de octubre, es también el administrador de la tercera de las fundaciones vinculadas a Convergència : CatDem, la mayor receptora de donaciones.

La última fase de Petrum se centró en aquellas firmas y operaciones donde se había logrado ya «asegurar la prueba»; es decir, poner en relación la adjudicación de una obra concreta con citas previas entre el tesorero de Convergència y algún responsable de la empresa favorecida, con correos electrónicos donde se refieren a los casos, así como pagos por esa concesión de hasta el 10 por ciento. Son nueve operaciones en total que afectan principalmente a siete empresas entre 2009 y 2012. Las mordidas superan los 600.000 euros, aunque existe la convicción de que se han producido pagos en negro , no registrados en ningún papel. La Guardia Civil, la Fiscalía contra la Corrupción y el Crimen Organizado y el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de El Vendrell (Tarragona), Josep Bosch, optaron por cerrar ese círculo y buscar nuevos documentos para avanzar en el caso.

Lo que no esperaban los investigadores, y ha ocurrido, son dos hechos: uno, que algún detenido reconociera el mecanismo de corrupción e implicara a responsables de CDC y a otros empresarios; en segundo lugar, que varios empresarios acudieran por iniciativa propia a la Guardia Civil para señalar a competidores no identificados o a otras constructoras sobre las que no hay pruebas todavía , según ha sabido ABC. «Puede ser un mecanismo para intentar exculparse por colaborar», señalan fuentes del caso que prefieren no precisar el número exacto de «arrepentidos». «Una decena», afirman.

La confesión más contundente ha sido el de Xavier Tauler, ex consejero delegado de Copisa, quien detalló al juez que pagaban «donaciones» a CatDem por obras desde 2005 , desgranó el procedimiento y admitió que se había reunido para negociar esas mordidas tanto con el extesorero Daniel Osácar, también imputado, como con Andreu Viloca. Dijo que cumplía el encargo de los dueños de Copisa .

Los agentes saben que los procedimientos se habían depurado, de forma que a veces los pagos los hacían las mercantiles dependientes de una gran constructora para desviar la atención o que se habían sumado en una UTE a una obra. Se había pasado de alguna manera a «subcontratar» las mordidas y a hacer pagos a plazos; de ahí que se crea que no hay comisiones del 10 por ciento, sino que corresponderían a varias adjudicaciones a una misma firma . El ejemplo es el Grupo Soler, que donó a CatDem 50.000 euros el mismo día en que se anunció un concurso a través de una mercantil. Se fueron sumando pagos hasta completar 145.000 euros al adjudicarse la obra.

Esa sofisticación es llamativa, como otros aspectos de funcionamiento interno: los dos trabajadores de CDC arrestados, Ana Benítez y Carlos del Pozo, eran quienes avisaban a Viloca de que había llegado a CatDem una donación . «No tiene ningún sentido que sea Convergència la que avise a la fundación; indica que es una mera tapadera», explican las fuentes.