Una cuna y un teléfono móvil centran el registro por el crimen de Manuela Chavero

La cuna es un objeto básico y guarda una intrahistoria sobre la que han hablado varios testigos. Delgado, de 28 años, contó tras su detención que él no mató a Manoli aquella madrugada de julio de 2016. Según su versión , llamó a la puerta de su vecina para devolverle ese mueble infantil que ella le había prestado tiempo atrás. Mientras la sacaban forcejearon, la mujer cayó accidentalmente, se golpeó en la cabeza y murió . Él se asustó y la enterró en una finca de su propiedad a seis kilómetros del pueblo. Luego calló durante cuatro años.

La UCO y el juez no le creen. Primero por la hora atípica (más de la una de la madrugada) elegida para devolver un mueble que la víctima no necesitaba. Segundo porque Delgado admitió que desnudó el cadáver y quemó las ropas , un elemento que los investigadores vinculan a una agresión sexual que consideran el móvil del crimen.

La cuna, es decir, la coartada del accidente, fue intervenida en la inspección ocular que los agentes llevaron a cabo en septiembre antes de que el juez mandara a prisión a Eugenio. Se depositó en el cuartel de Zafra como prueba. A la hermana de Manoli, Emilia Chavero, que lleva cuatro años en busca de la verdad, le enseñaron el objeto y aseguró que no era de Manoli. «Las cunas de mi hermana, que tiene dos, están en su casa desmontadas» , dijo y detalló cómo eran. «Mi hermana jamás habría comprado una cuna tan fea», explicó al ver un armatoste marrón oscuro y avejentado, como si fuera de segunda mano.

Tras esa explicación los investigadores entraron de nuevo en la casa de la víctima y, tal y como les habían dicho, hallaron una cuna blanca comprada en una tienda de Zafra y que fue un regalo de la madre de las Chavero a su nieto y un moisés, más pequeño, que utilizó Manoli para su hija. Ese sí parece que se lo prestó la víctima a Eugenio Delgado durante una temporada cuando se trasladó a vivir con él un amigo que llegó a Monesterio para trabajar. Este hombre tenía pareja y ella un bebé que pasó unos días en la casa donde tiempo después se cometió el crimen. Ya en esa fecha, según algunos testigos, Eugenio manifestó cuánto le gustaría mantener relaciones con Chavero.

Hay otro elemento que apunta a que Delgado había preparado hacía mucho esa coartada. Su única hermana, que vive en el norte de España, pasó unos días en Monesterio con su hijo. Se alojó en la casa familiar y al preguntarle una pariente de Manoli dónde dormiría el pequeño esta le respondió que en la cuna que le había prestado su prima (Manoli) a Eugenio.

Respecto del teléfono, los agentes buscaban uno que ya no utilizaba el detenido y que puede guardar claves sobre el tiempo que pasó la mujer en la casa (sospechan que el desenlace no fue inmediato) y sobre los movimientos de Delgado aquella madrugada. No ha trascendido si la Guardia Civil halló lo que buscaban o incluso algún objeto que pudo pasar desapercibido en las diligencias de septiembre.

El abogado de la defensa ha recurrido el auto que autorizó esa entrada y registro por ejecutarse sin tiempo para recurrirlo. Pide la nulidad de la diligencia y su posible resultado al considerar que le causa indefensión.