La cultura es gratis, basta con bajarla de la red
En el lenguaje cotidiano oponemos el patán o el paleto al hombre cultivado. Ser culto se considera una gracia
ÁLVARO POMBO
La cultura es un bien. Toda la población coincide en que es un bien deseable. En el lenguaje cotidiano oponemos el patán o el paleto al hombre cultivado. Ser culto se considera una gracia. Hay, pues, un deslizamiento desde el concepto teológico de gracia al ... concepto de don. Todo don perfecto viene de arriba. Desciende del padre de la luz. No lo merecemos, se nos regala. Lo bueno es más bueno todavía, perfecto, cuando es placentero, como la cultura, y sobre todo cuando es gratis total. El estado del bienestar nos ha inyectado la sensación de que tenemos derecho a todo. Pero la cultura, a la vez que un bien codiciado por todos, es un bien arduo. Lograrlo (como ocurría, por cierto, con la gracia divina) requiere preparaciones especiales, disposiciones de ánimo adecuadas, una experiencia educativa específica. La creencia en una instancia suprema de la cual descendía la gracia perfecta se ha sustituido por la idea de un estado socializado que no cobra entrada a los museos, que no recuerda a los estudiantes cuánto cuestan sus matrículas etc. Pero con internet, la ilusión del gratis total es mucho más fuerte que nunca. Todo está en internet multireproducido. Uno puede moverlo de un lado a otro y bajarlo al propio ordenador con toda facilidad con un Copy-Paste. Todo propende hoy en día a la facilidad, la fácil adquisición de saberes que antaño costaban horas de recorrer museos o visitar bibliotecas. El problema es que con la misma facilidad con que se nos dan, se nos olvidan. Son los famosos dineros del sacristán, que volando vienen y volando se van. Lo que acabo de describir es un falso paradigma: la idea de que tenemos derecho a todo y que todo se nos debe. Malsano en toda edad, lo es especialmente en la juventud porque en esta época de formación es indispensable servirse del concepto de bien arduo, tratar de lograr lo que es difícil de lograr, adquirir experiencia y sensibilidad lleva tiempo y esfuerzo.
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