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Culto a ETA por Navidad

Cada año por estas fechas, una mesa en el centro de Galdácano homenajea con sus fotos a unos comensales singulares: los terroristas del pueblo, «Txapote» entre ellos

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Existe desde hace años una perversa tradición en Galdácano , localidad cercana a Bilbao, donde cada Nochebuena los vecinos sacan a la plaza una mesa engalanada con mantel, flores, velas, cubertería, platos y sillas vacías. Un gesto simbólico con el que se pretende rendir homenaje público a los terroristas de ETA oriundos del pueblo y que cumplen penas de prisión por su historial criminal. Este año eran siete las «sillas vacías». Entre los comensales destaca Francisco Javier García Gaztelu «Txapote» , que dirigió la banda terrorista y asesinó a Gregorio Ordóñez.

Un año más la asociación vasca de víctimas Covite, que preside Consuelo Ordóñez, hermana del exteniente de alcalde de San Sebastián asesinado en 1995, ha denunciado el enaltecimiento público que se permite en los pueblos vascos. Esta vez, sin embargo, los hechos fueron denunciados a la Ertzaintza y retiraron las fotos de los presos terroristas, aunque no así la mesa y las sillas con las que el entorno de Bildu recuerda a sus 'hijos predilectos'.

Un cartel colocado junto a la mesa navideña decía: «Esta Navidad habrá siete sillas vacías en siete hogares de Galdácano. En Euskal Herria son m´ de 200. Todos ellos lejos de sus familias y amigos, dispersados a cientos de kilómetros en los Estados español y francés. Es hora de acabar con esta política penitenciaria de excepción. Porque los presos, refugiados y deportados vascos son necesarios en aras de la resolución y la convivencia , ¡etxera! (a casa)».

«Se sienten orgullosos de lo que hicieron: asesinar», denuncia Consuelo Ordóñez. «Habrá más de 900 sillas vacías en nuestros hogares», se lamentó por la impunidad con la que se sigue enalteciendo a los pistoleros y se desprecia a sus víctimas.

En el cementerio de Galdácano , precisamente, se convirtió en un santuario del hacha y la serpiente con el entierro de Francisco Javier López Peña «Thierry» , jefe de ETA fallecido en 2013 por un derrame cerebral en París. Su nicho está decorado con una ikurriña, una estrella roja y un puño en señal de «lucha», así como un mensaje ignominioso: «Preso político vasco asesinado en París. En víspera del Estado vasco, míranos Xabi, porque estarás con nosotros», arroja el frío mármol de su lápida.

A veinte nichos de distancia yacen los restos de Eloy García Cambra , policía municipal de Galdácano asesinado por ETA en 1972. Muy cerca, en un panteón familiar, lucha contra el olvido y la maleza Víctor Legorburu Ibarreche , alcalde del pueblo asesinado por ETA en 1976.

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