El Congreso reabre sus puertas tras 48 días vacío con el debate de la crisis como gran prioridad

¿Cuántos días tiene usted de vacaciones? Significativamente dramática será la respuesta si le preguntamos a un parado, ése que está «disfrutando» de un penoso descanso y que ve cómo es uno más de los cuatro millones de personas que desean poner fin a su ... letargo imperecedero. Aquellos en los que confían para darles un remedio a su estado, la clase política, han estado 48 días sin pisar el hemiciclo, cuna y epicentro de la soberanía nacional y representación de los deseos y aspiraciones de todos los españoles. Lo cuenta hoy el columnista de ABC Ignacio Camacho con su inefable dosis de socarronería andaluza, pero «desde la fecha de la Lotería de Navidad, (los pol´iicos) sólo han descansado 48 días, ni siquiera dos meses vacíos, y ya se dejaba sentir el vacío de su asusencia. Pero al fin están de regreso, al rescate de una nación melancólica», dice. Y el Congreso, con sus plenos, sus sesiones de control y sus preguntas al Gobierno que quedarán sin contestación o con una que contentará el estado de pocos, efectivamente regresa hoy en plena ebullición. Lo hará con un toque de reminiscencia antigua de estas tres década de democracia: con un partido CiU que se presenta como alternativa, como partida bisagra para consolidar un gran pacto de Estado que embista definitivamente los efectos de esta crisis galopante, y con un presidente José Luis Rodríguez Zapatero que aparenta ofrecerse a explicar lo que su Ejecutivo piensa hacer contra la crisis en el próximo periodo de sesiones, a pesar de que se ha visto forzado por los votos a favor de esta comparecencia parlamentaria de PP, PNV, UPyD, ERC y también de los convergentes catalanes.