El conflicto de los juzgados de Zaragoza provoca la segunda huelga en dos meses

ROBERTO PÉREZ
ZARAGOZA. Juzgados con retrasos de horas en la realización de procedimientos ya concertados, sobrecarga de trabajo, acumulación de causas pendientes de tramitación, funcionarios con un malestar creciente, jueces críticos por la falta de medios y abogados que comparten la queja. Ese es el panorama que se arrastra en los juzgados zaragozanos desde hace meses y que, en último término, acaban sufriendo los ciudadanos que tienen asuntos a la espera de resolución. El malestar no es nuevo y, al no solucionarse los problemas que lo provocan, el ambiente está cada vez más caldeado.
Ayer comenzó una huelga y es la segunda que acumulan los juzgados de Zaragoza en menos de tres meses. Las dos, por cierto, se suman. Sigue vigente la «huelga a la japonesa» que comenzaron en noviembre los juzgados de instrucción de la capital aragonesa, después de que el Ministerio de Justicia decidiera -sin oposición del Gobierno aragonés- suprimir el segundo juzgado de guardia que había funcionado durante meses. Desde el 1 de noviembre se ha vuelto a la misma situación de precariedad que había cuando no existía ese segundo juzgado.
Juzgados colapsados
Eso significa que cada día hace las veces de juzgado de guardia uno del os trece juzgados de Instrucción que hay en Zaragoza. Y cada vez que entran de guardia, sus plantillas trabajan a reglamento, hacen «huelga al a japonesa». Es decir, si tienen que atender un proceso propio de la guardia, suspenden el resto de tareas y prolongan el trabajo hasta que es necesario. Esta huelga es indefinida. Empezó en noviembre, impulsada por los sindicatos, pero fruto de un sentir compartido por jueces, secretarios judiciales y profesionales del Derecho.
Y mientras este conflicto sigue vivo, pendiente de respuesta por parte del Ministerio de Justicia y del Gobierno aragonés, desde ayer hay otra movilización en marcha. En este caso son los paros iniciados en los dos juzgados de violencia sobre la mujer que hay en Zaragoza capital. La movilización es indefinida, hasta que haya una solución.
Un año después de que Aragón recibiera las competencias de Justicia, siguen vivos problemas arrastrados. La situación se complica y los sindicatos critican al Gobierno aragonés que preside el socialista Marcelino Iglesias por no aportar soluciones.
Salarios recortados
En el caso de los juzgados de Violencia sobre la Mujer, el malestar se disparó cuando los funcionarios adscritos a ellos dejaron de percibir el complemento salarial que percibían hasta que las competencias de Justicia pasaron a la Comunidad autónoma. Un año llevan sin cobrar esos complementos. Además, reclaman una mejora de medios, más dotaciones, un mal extendido en la Administración de Justicia.
En los juzgados de Instrucción, cada vez que uno tiene que funcionar también como juzgado de guardia -cada día le toca a uno en Zaragoza-, se dan situaciones tan sorprendentes como detenidos que acumulan horas y horas en los calabozos pendientes de comparecer ante el juzgado -un día hubo detenidos esperando más de 15 horas en calabozos-, abogados, testigos y partes esperando hasta diez horas para celebrar juicios orales previamente fijados, y casos que quedan aparcados hasta que se atienden los asuntos que le llegan a ese juzgado por estar de guardia. «Hace unas semanas, a finales de diciembre, toda la plantilla del Juzgado de Instrucción 1 entró a trabajar a las nueve de la mañana y salió a las cuatro y cuarto de la madrugada del día siguiente», explica Luis Casero, responsable del sector de Justicia del sindicato CCOO en Aragón.
El conflicto sigue vivo y se agrava ahora con la situación de los juzgados de Violencia sobre la Mujer. Se cumple así, rodeado de polémica, el primer año desde que las competencias de Justicia fueron asumidas por el Gobierno aragonés.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete