Condenan a 253 años de cárcel a los dos etarras que atentaron cerca del Bernabéu
El acusado y abogado de presos de ETA Txema Matanzas asegura ante el tribunal de EKIN que nunca ha brindado por ninguna muerte, pero tampoco las condena
N. VILLANUEVA
MADRID. La Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia Nacional ha condenado a los etarras Miguel Guillermo San Argimiro y Manuel Miner Villanueva a 253 años de prisión (cada uno) por el atentado contra el estadio Santiago Bernabéu, en el que resultaron ... heridas 22 personas por la explosión de un coche bomba el 1 de mayo de 2002.
El tribunal aclara que aunque el límite máximo de prisión que se debe imponer a ambos terroristas es de 25 años (pues se les ha aplicado el Código Penal de 1995), los beneficios penitenciarios de los que puedan disfrutar en un futuro (en cualquier caso, extraordinarios, pues las redenciones ordinarias ya no existen) se deberán aplicar sobre la totalidad de las penas impuestas, es decir, sobre los 253 años. Los jueces justifican esta decisión, que supondrá que los etarras cumplan de forma efectiva 25 años, en «la gravedad de los hechos cometidos y la peligrosidad criminal de los acusados». Además, deberán indemnizar solidariamente a los heridos y perjudicados con más de 900.000 euros (150 millones de pesetas).
No hubo vulneración de derechos
Los magistrados concluyen que las declaraciones policiales y judiciales de ambos acusados «fueron obtenidas sin vulneración alguna de sus derechos fundamentales». Rechazan así las acusaciones de los condenados, que dijeron haber sido víctimas de malos tratos y coacciones para «forzar» sus confesiones. Estas prácticas, dice el tribunal, «no han sido en absoluto acreditadas», ni con partes de lesiones ni por alguna queja del letrado de oficio que les asistió. En este sentido, la Sala recuerda que la presencia del abogado en una comparecencia «no es la de un convidado de piedra, sino la de un colaborador directo en la recta administración de Justicia y, por tanto, garante del cumplimiento de la legalidad». Así, prosigue, el abogado tendría que haber denunciado «cualquier anomalía o atropello», lo que tampoco hizo el médico forense. La Sala considera probado que Miguel Guillermo San Argimiro y Balbino Saéz Olarra (procesado en rebeldía) formaban desde mayo de 2001 el «comando Txirrita» de ETA, que se encargó de realizar vigilancias sobre posibles víctimas de atentados. En marzo de 2002, Miner Villanueva se unió al comando con la misión de colaborar «en las finalidades de la banda», que les facilitó el material necesario para realizar atentados. «Como consecuencia de las órdenes dadas por ETA y de las comprobaciones y datos recabados en las labores de vigilancia realizadas -prosigue la resolución- los dos condenados planearon» la explosión de dos coches bomba: uno en las inmediaciones del Bernabéu y el otro en Santa María de la Cabeza.
La primera tuvo lugar a las cinco de la tarde del 1 de mayo, minutos antes de la celebración de un partido entre el Real Madrid y el Fútbol Club Barcelona. La rápida actuación de la Policía, que localizó el vehículo y acordonó la zona en los diez minutos que mediaron entre el aviso y la explosión, evitó lo que podría haber sido una matanza. El segundo atentado se produjo 45 minutos después en Santa María de la Cabeza. También causó varios heridos y cuantiosos daños materiales.
Ni celebra ni condena las muertes
Por otra parte, el macrojuicio de EKIN prosiguió ayer con la declaración del acusado y a la vez abogado de presos de ETA Txema Matanzas, quien aseguró, en referencia al supuesto brindis que pretendía realizar (así lo confesó en una conversación telefónica interceptada) para festejar el asesinato del edil del PP Martín Carpena, que nunca ha celebrado la muerte de ninguna persona, pero que tampoco ha tenido nunca «sentimiento real de condena» por las muertes provocadas por ETA. Cuestionó, además, la «relevancia penal» que puede tener «cómo vive una muerte», pues es algo «muy personal».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete