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Las claves del distanciamiento entre Llamazares e IU

Los roces y las diferencias ideológicas con Alberto Garzón han sido una constante desde que el actual líder asumiera las riendas de la formación comunista

Gaspar Llamazares posa frente a las siglas de IU en Asturias EFE

JORGE RUIZ DE ANGULO IMEDIO

De pieza clave a desterrado. Así podría resumirse el tránsito de Gaspar Llamazares por Izquierda Unida. El exlíder de la formación comunista apostó este martes por un nuevo proyecto al inscribir a Actúa como un nuevo partido político . En esta iniciativa está acompañado por figuras de la izquierda española y por otro Garzón , no el mismo que acabó relegándole a figura subsidiaria en Izquierda Unida, sino el exitoso juez (Baltasar) que asumió el rol de descubridor de la trama Gürtel.

Pero, ¿cómo comenzó la caída de Llamazares en Izquierda Unida? El declive del ex coordinador general es paralela al ascenso de Alberto Garzón dentro de la formación. De hecho, las desavenencias y constantes choques ideológicos entre ambos fueron los que desataron la caja de Pandora en el seno del grupo comunista. Desde que Alberto Garzón se convirtiera en «cabeza de cartel» de Izquierda Unida, Llamazares se ha perfilado como una de las voces críticas más influyentes dentro de la coalición, tanto que cuenta con su grupo de seguidores: los gasparistas.

El declive de Llamazares en IU coincide con el ascenso de Garzón en el seno de la formación

El principal punto de discrepancia entre Garzón y Llamazares es la estrategia de confluencias que implantó el «precoz líder». Su unificación con Podemos para concurrir a las elecciones del 26-J, como Unidos Podemos, fue una de las decisiones más criticadas por el ex coordinador general. Tal y como adivinó en campaña, la coalición no «sumaría sino que restaría». El tiempo acabó dándole la razón . Pese a sus incesantes esfuerzos por evitar la unión de ambos partidos, Garzón cedió al canto de sirenas de la nave comandada por Iglesias.

Las elecciones del 26-J acarrearían una pérdida de un millón de votos y la posterior pérdida de visibilidad de IU dentro de la coalición con la formación morada, algo que Garzón acabó reconociendo en un informe que dirigió al líder de Podemos, Pablo Iglesias . A su juicio, la línea marcada por la dirección de IU para ganar visibilidad ha provocado un efecto inverso: en Unidos Podemos, IU se «queda sin espacio político», argumenta Llamazares.

Iglesias y Garzón se saludan en una reunión en la sede de Podemos EFE

Pero el cruce de reproches entre ambos no solo abarca la práctica, sino que las ideas comentadas por Garzón han sido objeto de debate para el exlíder de IU. Entre este cruce de acusaciones, podría citarse el protagonizado a principios de 2017. Entonces, el socio de Iglesias calificó al PCE de la Transición de «izquierda domesticada», algo que no sentó demasiado bien a Llamazares, que en cuanto tuvo ocasión le trasladó su desacuerdo: «Simplificar y pontificar sobre el pasado para justificar las estrategias del presente es equivocarse doblemente». La actuación del PCE y el papel que asumieron los de Carrillo se debió, a su juicio, a la correlación de fuerzas adversa de aquel entonces.

«A pastar Gaspar»

La última polémica entre el exdirigente y la formación se produjo el pasado mes de julio, cuando la corriente IU- Centro mandó «a pastar» a Llamazares a través de sus redes sociales, después de que este volviera a mostrar su oposición a las tesis propugnadas por Garzón, que había dado a conocer en una entrevista. Su lacónico «sin comentarios» volvieron a generar una nueva polémica con Llamazares en uno de los frentes.

En definitiva, las diferentes formas de concebir la política ha sido el detonante del más que evidente distanciamiento de Llamazares y la cúpula de IU . Hoy el líder de los comunistas entre 2000 y 2008 ejerce como portavoz de Izquierda Abierta, al amparo de IU, en la Junta de Asturias, después de que en 2015 decidiera dejar su escaño en el Congreso de los Diputados. Ayer Garzón dio un paso más al lado y emprendió una nueva iniciativa al registrar como formación política a Actúa; un proyecto que pretende abrir un «espacio de reflexión» y que aún no se plantea la posibilidad de concurrir a unos comicios. Se trata de un síntoma más de la grieta abierta entre Llamazares y el partido que capitalizó durante 8 años, aunque insiste en que la creación del partido no es «incompatible» con su actual cargo al abrigo del grupo comunista.

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