El cerrojazo marroquí secó la inmigración ilegal durante el estado de alarma pero reactivó la vía argelina
Las entradas irregulares se redujeron a un tercio entre marzo y julio pero las llegadas se multiplican en otoño y los guardias civiles denuncian «condiciones inhumanas» que no ayudan a frenar el coronavirus
Una patera con 22 inmigrantes a bordo fue rescatada ayer en las costas de Cádiz
Durante el primer estado de alarma, buena parte de los medios policiales estaban centrados en la batalla contra el virus, situación que podría invitar a los oportunistas a probar suerte. Sin embargo, las entradas irregulares a territorio nacional se redujeron a un tercio en comparación ... con los mismos meses del año pasado. La principal razón fue el cerrojazo que impuso Marruecos por temor al coronavirus. Pero toda cara tiene su cruz y desde el verano, el ritmo migratorio se ha retomado, incluso con más potencia en algunas vías. Es el caso de la argelina, que actualmente supone un importante problema en Murcia o Almería, donde no tienen la misma capacidad que en otros puntos del litoral andaluz para atender la llegada masiva de pateras y donde temen un otoño muy complicado.
Entre el 14 de marzo y el 21 de julio, fechas en las que estuvo vigente el estado de alarma sobre todo el territorio nacional, accedieron a España de manera irregular 3.957 personas , según los datos que maneja el Ministerio del Interior y facilitados a ABC fruto de una petición vía Transparencia. Entre marzo y julio del año pasado, según los balances del mismo departamento, los accesos de este tipo fueron tres veces superiores, hasta llegar a la cifra de los 10.841 en esos cinco meses. Esa relativa tranquilidad de meses pasados contrasta con la situación que viven algunas zonas del litoral andaluz ahora mismo.
Sin ir más lejos, la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), el colectivo mayoritario dentro del Instituto Armado, calcula que únicamente en la provincia de Almería, en lo que va de año y al calor del flujo migratorio del otoño, ya han recibido 3.903 inmigrantes irregulares hasta octubre . De hecho, ha habido semanas a finales de septiembre en la que las llegadas se incrementaron más de un 130% con respecto al mismo periodo del año anterior.
Los datos en bruto que ofrece el Ministerio del Interior sobre inmigración irregular dan la razón a los que dan la voz de alarma. El retroceso en el número de llegadas irregulares registrado hasta julio se ha difuminado por completo en los siguientes meses. Si a mediados de julio Interior confirmaba que la cifra de llegados por vía marítima había caído un 34%, a 15 de octubre el balance habla de que esa renta está dilapidada y ya se registra un aumento del 5,6% con respecto al año anterior. Por ello, la AUGC solicita más medios para atender este problema y protocolos claros para reducir al mínimo el riesgo de contagio y poder atender con totales garantías a los inmigrantes.
«Las condiciones en las que se tiene a los inmigrantes en Almería son inhumanas: horas encerrados en calabozos, patios, oficinas o salas de espera mojados»
Como denuncian fuentes del Instituto Armado sobre el terreno, es imposible, cuando hay oleadas de pateras, mantener aislados a todos los contingentes de inmigrantes para evitar contagios de Covid-19, principalmente porque las infraestructuras no son suficientes. «Las condiciones en las que se tiene a los inmigrantes en Almería son inhumanas: horas encerrados en calabozos, patios, oficinas o salas de espera de la Guardia Civil mojados, dejando las instalaciones impracticables», denuncia la AUGC en uno de sus últimos comunicados.
Control marroquí
El férreo control fronterizo de Marruecos, como resaltan fuentes policiales, fue clave para frenar el problema durante la primera ola de la pandemia y, concretamente, en el estado de alarma. Dichas fuentes citan como ejemplo el caso de Melilla. La ciudad autónoma, donde el cierre unilateral de la la frontera promovido por Marruecos el pasado 13 de marzo secó el trasvase de personas, tanto las que accedían de manera legal como ilegal: «Esto era un coladero, ten en cuenta que en Melilla había unos 40.000 pasos al día y en ese volumen hay de todo, desde personas que intentan pasar camufladas en los vehículos, menores que entran en España y no vuelven…al eliminarse esta vía únicamente quedó el goteo de los que lo intentaran saltando la valla». Durante el estado de alarma se registraron únicamente 7 entradas irregulares por tierra o mar a Melilla; mientras que el año pasado en las mismas fechas la cifra se elevó hasta los 1.927.
Las zonas que no están acostumbradas a recibir un aluvión de pateras son las que más sufren ante llegadas masivas
A la par, las autoridades marroquíes impusieron fuertes dispositivos en las ciudades limítrofes con territorio español y vigilaron especialmente durante la noche aquellas poblaciones donde habitualmente se refugiaban los inmigrantes que pretendían después emprender camino hacia las costas españolas. Este marcaje, al margen de la efectividad que demuestran los números, tuvo efectividad en su momento. Sin embargo, como ya avanzó este diario, la vía marroquí vuelve a estar abierta y los más jóvenes vuelven a echarse al mar de cualquier manera para ingresar en territorio nacional.
Con más potencia
«Los datos son tramposos, ya que durante agosto y septiembre hemos visto cómo la inmigración irregular ha vuelto a subir una barbaridad», subrayan fuentes de la Guardia Civil, que también alertan sobre la situación en las costas murcianas o almerienses, punto de destino de la ruta argelina, disparada y con nuevas técnicas para complicar la labor de las fuerzas y cuerpos de seguridad, más todavía con el coronavirus de por medio. «Antes llegaban dos o tres pateras al día a estas zonas y podían ser atendidas, pero ahora llegan pateras de 20 en 20 y no hay medios para mantenerlos durante las 72 horas que pasan hasta que se conoce el resultado de los test de coronavirus, ahora incluso hay que optar por los calabozos cuando estas personas no han cometido ningún delito», denuncian las fuentes consultadas, que no ven nada claro el futuro: «Tememos un otoño caliente».
Cierto que en estos momentos la prioridad debe ser atajar la emergencia sanitaria o, al menos, paliarla en mayor medida. Sin embargo, viejos problemas del país, como el de la inmigración irregular, siguen ahí y con varios frentes abiertos ya que, al margen de la vía argelina -resucitada durante el confinamiento-, la marroquí vuelve a estar activa y la vía hasta Canarias, también efervescente . A las mafias que trafican con personas no les importa el coronavirus.