ETA, ante la ceremonia de la confusión
La inestimable colaboración del PSE de Patxi López con Amaiur y sus primos hermanos para validar la estrategia del mundo radical han contribuido a que cale el mensaje de la banda terrorista de que sus intenciones son bondadosas
MANUEL ERICE
Normalmente, los ríos revueltos son apropiados para que los pescadores de oportunidadesobtengan réditos, incluso aunque las cañas que empleen amenacen con oxidarse por falta de hechos. Primero fue la maliciosa declaración de alto el fuego permanente (seguida de un par de faenas de aliño ... más en forma de comunicados para que la llama de la supuesta paz no se apague), que ha convencido a la casi totalidad del mundo político de que estamos en la recta final del terrorismo. La inestimable colaboración del PSE de Patxi López con Amaiur y sus primos hermanos para validar la estrategia del mundo radical, léase en llamadas al acercamiento de presos, en la reparación de las víctimas… de la Policía, o en la muy reciente propuesta de conferencia de paz con todos, ha contribuido a la ceremonia de la confusión con la que la banda terrorista pretende consolidar definitivamente el mensaje de que sus intenciones son bondadosas. La penúltima es el comunicado de anoche, que utiliza ETA, siempre cómodamente eficaz en el manoseo de la propaganda, para exigir “diálogo directo” al Gobierno francés, en plena campaña de las presidenciales y para sacar tajada al errático guiño de Sarkozy hacia los presos. Más que nunca, son tiempos para estar alerta y saber gestionar con inteligencia mensajes de encantadores de serpientes (nunca mejor dicho), que, antes de nada, deben concretarse en pruebas irrefutables. Si no es así, además de equivocarnos, seremos injustos. Profundamente injustos.
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