Las diez razones del juez para pensar que los huesos de Las Quemadillas son de Ruth y José Bretón
Aunque el juez niega a Ruth Ortiz los huesos para enterrarlos por su valor como prueba tras el fallido análisis del ADN, está convencido de que son los niños
F.J.P.
La rotundidad con la que el juez del «caso Bretón» esgrime en su último auto «poderosas razones jurídicas» para dilatar el enterramiento de los restos óseos de Las Quemadillas, al ser «medios de prueba», no ensombrece su convencimiento sobre la identidad de los ... mismos: Ruth y José Bretón Ortiz, de 6 y 2 años. No ha sido posible hallar perfiles de ADN en esos huesos ni con el laboratorio «más puntero a nivel mundial» (Santiago de Compostela), pero José Luis Rodríguez Lainz insiste en su escrito, al que ha tenido acceso ABC, y donde admite que no dar los restos a la madre es la decisión «más dolorosa» en sus 21 años de ejericico , en lo «absolutamente razonable» y verosímil que resulta pensar que son los dos hermanos desaparecidos el 8 de octubre de 2011. Para ello ofrece diez argumentos.
1. Cinco informes periciales. Restos de dos menores
Desde el famoso dictamen del profesor Francisco Etxeberría de finales de agosto que da un giro copernicano al caso, otros cuatro informes de expertos se han sumado, al cotejar los restos, a la tesis de que son humanos. Incluso la perito de la Policía Científica Josefina Lamas que lo descartó en principio, admitió después ante el juez que no eran animales. Para el togado, «queda demostrado científicamente que en la hoguera fueron quemados dos especímenes humanos de 6 y 2 años aproximadamente».
2. Hoguera descomunal. 78 litros de gasoil y 250 kilos de leña
Gracias a los informes del Infoca y el Instituto Nacional de Toxicología, el juez entiende «demostrado científicamente» que Bretón usó más de 250 kilos de leña de olivo para hacer una hoguera descomunal en la que usó como acelerante «gasoil en cantidades bastante considerables, sin duda acordes a la acopiada en fechas anteriores a los hechos; en concreto, unos 78 litros comprados poco antes de entregar a Ruth Ortiz las flores y la carta de petición de perdón el 7 de octubre». El gasoil ha sido confirmado por la «coloración inconfundible de la columna de humo» así como por su presencia en el fragmento de ropa -parece que del abrigo de Ruth- hallado en la hoguera y en una garrafa blanca encontrada cerca del fuego y que Bretón negó en su momento haber utilizado.
3. Bretón, solo en la finca. 40 minutos de fuerte combustión
Los trabajos del Infoca y la Universidad de Córdoba han determinado unos 40 minutos de combustión máxima tras el aporte del gasoil al fuego para acelerarlo. Esos 40 minutos, según la detección de la cortina de humo por el Infoca, pudieron situarse en el tramo final de la estancia, demostrada según el juez y admitida por el propio progenitor, de Bretón en la finca, donde estuvo solo desde que entró a las 13.48 horas y nunca se le vio salir hasta pasadas las 17.30 horas según las cámaras próximas. Entiende el magistrado, pues, que Bretón «es la única persona que se encontraba en la parcela con los dos menores».
4. El humo negro, pico de más calor en la hoguera
Abundando en lo anterior, el juez precisa que la columna de humo negra detectada por el puesto del Infoca «no puede ir más allá de la hora de salida del encartado» de la parcela. El pico de mayor calor coincide con momentos de la alimentación de gasoil lo que provoca ese humo negro. Un proceso que el informe pericial tasa en dos minutos, no más, una vez echada la última cantidad de combustible. Ese informe sitúa el horizonte máximo de esa combustión a las 17.40 horas , lo que Lainz considera que «clava» los tiempos de presencia de Bretón en la parcela de Las Quemadillas. «Cualquier intento de alargar el margen de tiempo utilizado en el informe supondría la presencia de una tercera persona en el interior, hipótesis de la que no tenemos el más mínimo indicio.
5. Restos de otros niños: tesis del Parque Cruz Conde
Aunque parecería obvio a todas luces, José Luis Rodríguez Lainz deja constancia de un ejercicio de lógica en su auto. «Que evidentemente el encartado no contaría con restos humanos de origen desconocido de niños de esas edades a su disposición para dejarlos en la hoguera coincidiendo con la pretendida pérdida accidental de sus hijos posteriormente», recoge en su escrito. Sería absurdo que Bretón quisiera autoimputarse la muerte de dos niños desconocidos y además la desaparición de los propios.
6. Los tiempos cuadran. Incinerar dos cuerpos, montar el fuego, punto álgido de la combustión y marcha
El detalle más preciso que aporta el juez pero, a la vez, el que pueda suscitar más dudas. Para él, «la secuencia de vestigios dejados por la hoguera, ubicada en sitio especialmente pensado para tal cometido, y tras el acopio, puede que en varios días, de importante cantidad de leña y combustible, cuadra perfectamente con el espacio de tiempo que se ha demostrado empíricamente que se precisaría para incinerar casi en su totalidad dos cadáveres de unos 27 kilogramos de peso en total ; coincidiendo incluso la secuencia de tiempo en que tras marcharse [Bretón] deja de ser visible la cortina de humo». Pero llega más lejos. Un informe pericial que cita demuestra que es posible que una sola persona maneje más de 300 kilos de leña en una franja de dos horas. Y Bretón contaba con medios de transporte. En unas fotografías aparece una carretilla a escasos metros del fuego.
7. Gasoil, poco a poco. Entre las 16.50 y las 17.30 horas
El informe de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente así como la analística del Instituto Nacional de Toxicología «avalan científica y empíricamente» el empleo de «cantidad importante de gasoil» en una horquilla temporal que podría ir entre las 17.00 horas (más bien las 16.50 horas) y en torno a las 17.30 horas. Según el juez instructor del caso, los 40 minutos en los que el aporte de gasoil se hace poco a poco de manera constante y a pie de hoguera. Bretón declaró en su día que en esa franja de tiempo «descansó no más de veinte minutos».
8. Teoría de un tercero. Rapto e incineración en la finca
Con todo lo desmenuzado, el juez concluye que sería inverosímil pensar en la acción de un tercero que raptó a los niños en el Parque Cruz Conde y fue a incinerarlos en la hoguera que ardía en plena finca de los Bretón. «Consiguiendo, sin alimentar aún más la hoguera y sin quemarse, colocar de forma creíble para los expertos en antropología los restos óseos con criterios lógicos». Igual de imposible que hallar a un tercero que supiera del descuido del padre en el parque.
9. Último rastro. 13.30 horas, casa de los abuelos
La última noticia que se tiene de los niños es a la salida de la casa de los abuelos paternos en la calle trasera a la misma cuando iban en el coche con su propio padre y son captados por una cámara instalada en un salón-bingo situado frente al domicilio de los Bretón. «Desde ese mismo momento, nada se ha sabido de sus hijos», apunta el togado.
10. La coartada. Indicios contra Bretón y su relato
Como último argumento para exponer su convicción de que los restos hallados son los de los pequeños Ruth y José, el magistrado recuerda «los abundantísimos indicios demostrativos acumulados» sobre que el encartado simuló la pérdida de sus hijos en el Parque Cruz Conde.
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