Casado impone candidatos capaces de recuperar el voto fugado a Vox y Ciudadanos

Fuentes de la dirección nacional confirmaron a ABC que en ese «plan renove» del P P, Casado ha buscado perfiles que ayudaran a recuperar al antiguo votante del partido, que en un momento determinado se marchó a Vox o Ciudadanos. En realidad son legión, millones de votos si se miran las encuestas: en algo más de siete años, el PP ha pasado de conseguir 186 diputados a sumar 87, según el último barómetro de GAD3. Entre medias han surgido Ciudadanos, primero, y Vox después, con una fragmentación del espacio de centro derecha que complica al máximo una mayoría de PP, Ciudadanos y Vox, por el sistema D’Hondt que rige en la ley electoral.

«Queremos todo el centro derecha unido otra vez», advierten en Génova, tras dar a conocer la lista de los números uno, donde solo repiten 12 de 52 (más Casado, que cambia Ávila por Madrid), con un total de 23 mujeres. «Nadie tiene excusa para no verse reconocido en este equipo», subrayan. Porque ese es el objetivo: que los votantes de Vox y Ciudadanos vuelvan a sentirse atraídos por este PP renovado.

Con los perfiles de los cabezas de cartel, los populares quieren transmitir este mensaje: «Todos han tenido cabida y por eso queremos que quepan todos los votantes». El secretario general del PP, Teodoro García Egea , en el acto de presentación de los números uno en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, subrayó esa variedad, en la que no faltan varios exministros de Rajoy, como Rafael Catalá (Cuenca), Isabel García Tejerina (Valladolid) o Ana Pastor (Pontevedra), ni antiguos «sorayistas», que apoyaron a la exvicepresidenta en las primarias, como Cuca Gamarra (La Rioja) o María Salom (Baleares).

Casado ha medido al máximo su apuesta por Barcelona, con Cayetana Álvarez de Toledo al frente. El PP catalán, dijo, es la columna vertebral del partido en estos momentos difíciles, con el desafío independentista contra el Estado aún plenamente vigente. Álvarez de Toledo se distanció del PP de Rajoy, por diferencias con el rumbo que tomaba el partido y el Gobierno, como muchos otros populares y en realidad también muchos de sus votantes. «Vuelvo a mi casa en la confianza absoluta de lo que tiene que ser un partido para España», avisó ayer, identificada plenamente, ahora sí, con este PP de Casado.

Con la número uno por Sevilla, Teresa Jiménez Becerril , el guiño a las víctimas del terrorismo, a menudo distanciadas también del PP, es evidente. Los populares han querido enviar un mensaje igual de claro con Juan José Cortés , cabeza de lista por Huelva, y uno de los máximos defensores de la prisión permanente revisable, propuesta clave en el programa del PP. El fichaje del periodista Pablo Montesinos , al frente de la candidatura de Málaga, también tiene un componente claro de intento de atracción de votantes de esa derecha que se distanció de las políticas de Rajoy.

Un candidato «fetiche» para el PP es el de Melilla, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu. Nada menos que general de División . Otro mensaje directo a un nicho importante de votantes de la derecha. «No se descarta otra incorporación de ese estilo para el Senado», comentaron en la dirección nacional del PP.

Entre los perfiles «aglutinadores», dentro y fuera del partido, los populares elogian sobre todo el de la presidenta del Congreso, Ana Pastor, al frente de la candidatura por Pontevedra. Pero también otros, como el de Paloma Gázquez , en Asturias, que en su ámbito local han concitado el aplauso de los suyos, en contraste con las tensiones que se han producido en otras circunscripciones. El relevo en provincias como Ávila o Almería no ha sido sencillo ni tan «tranquilo» como pretenden hacer ver desde Génova, pero Casado ha hecho uso de su autoridad para crear un grupo de números uno «cohesionado» y, a su juicio, sin dejar a nadie «descolgado».

Porque aún falta completar las candidaturas al Congreso, pero también elaborar las listas al Senado , al Parlamento Europeo y las regionales para las autonómicas del 26 de mayo . Fuentes de la dirección nacional del PP aseguraron que en el Senado «habrá una renovación similar» a la del Congreso. Es decir, se avecina otra «revolución» del PP, ahora en la Cámara Alta, que Casado quiere potenciar con los «senadores del 155», que son los que, en su caso, tendrían que aprobar una nueva intervención en Cataluña.

La lista europea se cerrará con el mismo criterio de renovación, y Génova también intervendrá directamente en las listas regionales , según confirman en el PP.

Casado advirtió del riesgo de un espacio político «estérilmente fragmentado» , y subrayó la necesidad «de volver a ir unidos para evitar que el PSOE caiga en las garras de los que quieren romper España».

Alguno de los pocos supervivientes de la limpia total que se ha llevado a cabo en las candidaturas respiraba ayer aliviado. No ha sido nada fácil sobrevivir a esta revolución interna, que Casado situó como uno de los grandes hitos de la historia del partido: «El PP es el gran partido centrado, moderado, liberal, patriota, refundado y ahora renovado ». Una renovación, por tanto, que no se había llevado a cabo en estos términos desde su refundación.