Casado se gana a sus barones al reclamar un PP «moderado y centrado»

Esa «generosidad» la exhibió la portavoz en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo , a la entrada del Comité Ejecutivo Nacional del PP, cuando confirmó que estaba dispuesta a renunciar a ser número uno por Barcelona y ceder ese puesto a la portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas, si se presentaban bajo la fórmula de España Suma.

Casado afronta sus segundas elecciones generales con el partido calmado y unido. Los barones cerraron filas ayer en torno a su presidente y candidato a La Moncloa. A todos les gustó la música y la letra de su discurso en el Comité Ejecutivo Nacional , en el que propuso liderar una «mayoría centrada, que ofrezca tranquilidad y progreso, y que rechace cordones sanitarios». El líder de los populares ofreció a los suyos «un PP más ampliado, más popular, menos partido, integrador y reconocible por moderado y responsable». Son todos los mensajes que han estado reclamando los dirigentes territoriales desde el derrumbe de las pasadas generales del 28 de abril.

En ese clima de unidad, Casado hizo autocrítica sobre errores del pasado, que facilitaron la «ola divisiva» del centro-derecha: «No supimos estar atentos a los sentimientos de millones de españoles perjudicados por la crisis, a pesar de estar volcados en evitar que se nos impusieran medidas de ajuste aún más duras para ellos. Y es evidente también que se han producido comportamientos muy apartados de la ejemplaridad pública, con la que debemos mantener un compromiso no solo absoluto sino mucho más activo y vigilante».

Con su partido hecho una piña en este momento decisivo, Casado se volcó una vez más en defender la importancia de «unir para ganar» a la izquierda. Dirigió su mensaje de centro y moderación no solo a los votantes del PP , sino a los que en un momento dado dieron la espalda al partido (y se fueron a Ciudadanos o Vox), o los que no votaron nunca a los populares, pero valoran ahora «su coherencia y responsabilidad» ante el bloqueo.

Casado fue especialmente claro al subrayar que el liderazgo de la unidad del centro-derecha corresponde, sin ninguna duda, al PP. En un mensaje dirigido directamente a Rivera, quien ha tratado de arrebatar a los populares su espacio y su liderazgo en la oposición desde el 28 de abril, Casado sentenció:«No hay posibilidad alguna de sustituir al PP como cerebro, corazón y pulmón del centro-derecha español».

En un guiño claro a un posible acuerdo con Ciudadanos, Casado ha situado a su número dos, Teodoro García Egea , como coordinador de la campaña electoral, en la que participarán de forma coral todos los territorios. El secretario general del PP fue el principal hacedor de los pactos de su partido con Ciudadanos y con Vox el verano pasado, en la Comunidad de Madrid, Castilla y León y la Región de Murcia, pero también en muchos ayuntamientos.

En la sede de Ciudadanos , en la madrileña calle de Alcalá, no se vislumbra ni un ápice del fervor con el que se defiende España Suma en Génova. Más allá de los motivos estratégicos tras la rotunda negativa que hasta ahora mantienen sus líderes, la unión de PP y Ciudadanos tampoco estaría justificada calculadora en mano.

Fuentes de la Ejecutiva de Ciudadanos garantizan que concurrir el 10 de noviembre bajo el paraguas de España Suma no variaría el número de escaños que suman ahora los dos partidos hegemónicos del centro-derecha en el Congreso. De manera similar a lo que les ocurrió a Podemos y a Izquierda Unida en 2016, Ciudadanos maneja cálculos según los cuales la coalición con el PP les haría perder numerosos apoyos.

No es casualidad que ayer la portavoz de su Comité Ejecutivo, Lorena Roldán , pusiese como ejemplo Andalucía. Y es que según aseveran en la dirección del partido, si PP y Cs llegan a ir de la mano en aquellas elecciones autonómicas, le habrían hecho la campaña a Susana Díaz y esta se mantendría hoy como presidenta de la Junta.

La insistencia del PP con el proyecto España Sum a , pese a los incontables rechazos de Ciudadanos, se percibe con desconfianza. Los de Rivera creen que el PP trata de «tapar» sus problemas de marca y, al mismo tiempo, «diluir» su proyecto «regenerador». «Queremos sumar diputados, no imputados», repitió una y otra vez Roldán, quien insistió en que la unión con el PP es el mayor anhelo de Sánchez. De momento, la apuesta de Ciudadanos es calcar la oferta que le hicieron al PP antes del 28-A: si suman un solo escaño más, habrá acuerdo. «Es posible, estamos convencidos de que es posible», sentenció la portavoz liberal.