El Gobierno marca en su nueva Estrategia de Seguridad un «plan integral» para Ceuta y Melilla

El Departamento de Seguridad Nacional, órgano que asesora al presidente del Gobierno en esta materia y que está dirigido por el general Miguel Ángel Ballesteros , ha elaborado este documento de 75 páginas que describe 16 riesgos y amenazas en un «clima de creciente tensión internacional, donde determinados actores se rearman para fortalecer sus aspiraciones estratégicas» . Ante ello, «España requiere de una capacidad de d disuasión creíble y efectiva y una capacidad de defensa autónoma, frente a diferentes formas de agresión: desde las estrategias híbridas hasta el conflicto convencional».

En ese apartado de «Tensión estratégica y regional» no se menciona país alguno, aunque su contenido bien pudiera aplicarse a la amenaza creciente que supone la carrera de armamento de Estados como Marruecos y Argelia , entre cuyas «aspiraciones estratégicas» siempre ha estado el ‘statu quo’ del Sáhara Occidental.

La Estrategia de Seguridad Nacional 2021 reordena de forma diferente esos riesgos y amenazas agrupándolos todos en el mismo apartado, a diferencia de la anterior, de 2017 que mencionaba amenazas, desafíos, amenazas sobre las infraestructuras críticas o amenazas y desafíos en los espacios comunes globales.

El documento menciona en una ocasión la relación con Marruecos y Argelia dentro del área Magreb y Oriente Próximo, en concreto en el capítulo 2, «Una España segura y resilente» que analiza los escenarios regionales: «La relación de España con Marruecos y Argelia es de buena amistad , desde la premisa de la cooperación leal y el respeto a las fronteras mutuas. La colaboración con estos países en aspectos relacionados con la seguridad, como los tráficos ilegales y el terrorismo, complementa unas sólidas relaciones basadas en el diálogo político, las relaciones comerciales y los vínculos energéticos».

El documento rechaza hablar de «cambio de era» tras el impacto que la pandemia del Covid-19 ha tenido en el contexto internacional pero sí constata que vivimos «una etapa de transición» e identifica la pandemia del coronavirus como «un factor que ha producido una aceleración de las principales dinámicas globales que afectan a la seguridad».

La Estrategia 2021 es la cuarta que se elabora en la historia de España. El 30 de octubre de 2020 se publicó en el BOE el acuerdo por el que se aprobaba su procedimiento para la elaboración, por lo que se ha estado trabajando un año en ella. Es la primera del Gobierno del presidente Pedro Sánchez, que como es norma incluirá una carta de presentación (el borrador final aún no la publica).

Cabe destacar que, por primera vez, ya no se menciona a la banda terrorista ETA . Pese al cese definitivo de sus asesinatos en 2011, el anterior documento de Seguridad Nacional de 2017 sí hacía mención a la banda terrorista en estos términos: «Con respecto al terrorismo autóctono, ETA ya no es una amenaza relevante gracias a la victoria del Estado de Derecho y sin perjuicio del trabajo constante de las Fuerzas de Seguridad del Estado en la investigación de los hechos criminales, la defensa de la memoria de las víctimas del terrorismo y la transmisión de una narrativa que resalte la lucha de la democracia frente al terrorismo».

Por tanto, ahora se evitan términos como «defensa de las víctimas del terrorismo» o la referencia a la defensa de la narrativa democrática frente a ETA. Así, el apartado de «Terrorismo y radicalización violenta» hace mención a los «extremismos violentos» siendo especialmente relevante la amenaza del yihadismo (obviamente en 2017 también se recogía así). «Existe además el riesgo de ataque sobre individuos e intereses nacionales» en el Sahel, Magreb y Oriente Medio.

Respecto al terrorismo «dentro de las fronteras de España, la principal amenaza proviene de individuos que han nacido o crecido en países occidentales que, tras ser radicalizados, atacan en su propia área de residencia. Igualmente relevante es la amenaza derivada de los procesos de radicalización en prisiones».

Dentro del mismo capítulo 3 sobre los 16 riesgos y amenazas se dedica un epígrafe a «Epidemias y pandemias». Se destaca cómo «se ha puesto de manifiesto la fragilidad de las cadenas de suministros» y «las dificultades experimentadas por los organismos internacionales para la toma de decisiones y las tensiones surgidas en relación con la producción y distribución de material sanitario» .

Es muy relevante, como se ha señalado, que por primera vez se identifique como amenaza para la seguridad nacional las «campañas de desinformación», poniendo en el mismo plano este «ámbito cognitivo para ejercer influencia» con los tradicionales terrestre, marítimo y aéreo. ¿Qué buscan estas campañas de desinformación? «Generar confusión y socavar la cohesión social» siendo «una grave amenaza para los procesos electorales» . El documento constata que «por su potencial peligrosidad, cabe señalar las estrategias de desinformación de actores extranjeros, tanto estatales como no estatales, que desarrollan aparatos de propaganda con la intención de polarizar a la sociedad y minar su confianza en las instituciones».

Entre otras amenazas, la estrategia advierte que el despliegue de las redes 5G de telecomunicaciones «generará un aumento de la vulnerabilidad ante ciberataques en aparatos conectados a la red y servicios como el vehículo autónomo o las redes inteligentes».

En el apartado de «vulnerabilidad aeroespacial» se indica la «tendencia preocupante» al uso ilícito de vehículos aéreos no tripulados, «que pueden paralizar el uso de aeropuertos o infraestructuras críticas, y son además potenciales armas para sabotajes o acciones terroristas». El incremento de los desechos espaciales y la carencia de un sistema de gestión del tráfico espacial global es otra preocupación.

¿Y sobre la inmigración ilegal? El documento aboga por «una política migratoria común» en el seno de la UE y advierte de que, «España, por su posición geoestratégica, está especialmente expuesta al desafío que supone el esperado aumento de los flujos migratorios hacia Europa en los próximos años».

Y para estar preparado ante estos y otros desafíos... ¿qué debe hacer España? Menciona la «alerta temprana» como una clave. Obviamente, las lecciones del Covid-19 se dejan leer entrelíneas en este apartado. Así el primer objetivo es «avanzar en el modelo de gestión de crisis», incluyendo «un marco de cogobernanza con las Comunidades Autónomas en cuestiones donde las competencias son autonómicas o compartidas».

Y en el apartado titulado «Un planeamiento estratégico integrado» se vuelve a la situación de Ceuta y Melilla: «Por su localización geográfica en el continente africano y por la especificidad de su frontera española y europea, requieren de una especial atención por parte de la Administración General del Estado para garantizar la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos». Aquí se receta el anteriormente mencionado «Plan Integral de Seguridad para Ceuta y Melilla».