Suscribete a
ABC Premium

Un Califa en el Congreso

Julio Anguita no hacía acepción de personas por sus ideas; era la antítesis de la visión amigo/enemigo tan propia de quienes hoy se pretenden sus sucesores

El fñeretro de Anguita llega al Ayuntamiento de Córdoba, donde se instaló la capilla ariente EFE

FEDERICO TRILLO-FIGUEROA

Julio Anguita ha sido un referente de dignidad personal, honestidad y coherencia en política española , valores hoy tan en desuso. Coincidimos como Diputados en el Congreso durante diez años: él como Portavoz de Izquierda Unida y yo como Vicepresidente en la oposición con ... el PP, y luego como Presidente de la Cámara. Venía Anguita ya aureolado de su carisma como Alcalde de Córdoba y Secretario General del PCE. Anguita no hacía acepción de personas por sus ideas; era la antítesis de la visión amigo/enemigo tan propia de quienes hoy se pretenden sus sucesores. Sostuvo hasta el final, sin concesiones, sus ideas: recuerdo que le recomendé, cara a una Asamblea, que no utilizara el término comunista y se dirigiera a una ámbito de izquierdas más amplio: me miró con estupor mientras me decía «espera y verás». Arrancó su discurso en la Asamblea diciendo: «He sido comunista, soy comunista y seré comunista hasta el final». Y así lo ha cumplido. Como líder de la coalición Izquierda Unida mantenía su coherencia con el lema «programa, programa, programa» , con el que había concurrido a las elecciones.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia