El cainismo de Pablo Iglesias condena al desgaste el proyecto electoral de Yolanda Díaz

El expolítico culpa a la vicepresidenta del fiasco en Andalucía y la presiona para que Podemos tenga peso

11/05/2022.- La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en el Congreso de los Diputados en el ámbito de la sesión plenaria EFE

Pablo Iglesias no es solo un expolítico que escribe columnas y dirige un podcast muy sesgado a la izquierda, es también el presidente del Instituto 25M , el 'think-tank' (laboratorio de ideas) de Podemos. Esta faceta queda disimulada con ese perfil nuevo de tertuliano ... polémico. Pero es la primera clave para entender la presión ambiental que ejerce sobre la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz , para que Podemos no pierda hegemonía en su futuro proyecto electoral.

Todo lo que dice es relevante porque es un referente intelectual para la cúpula del partido y tiene un impacto directo en los cuadros y bases moradas.

Iglesias y Podemos maniobraron la semana pasada para relacionar el desastroso principio de la coalición andaluza con la futura plataforma de la vicepresidenta , a pesar de que son perfectamente conscientes de que ella intenta desligarlo. Aunque Díaz haya intervenido para ayudar a las partes a lograr el acuerdo en el sur, quiere evitar que se relacione con su proyecto nacional un escenario que no augura buenos resultados y además empieza sin unidad y con peleas. Iglesias aprovechó esa coyuntura para situarla en el centro de la polémica.

El acto de Valencia fue un punto de inflexión en la relación entre ella e Iglesias, pero antes hubo gestos que crisparon el ambiente

El registro de la coalición se hizo sin los nombres de Podemos y Alianza Verde después de un dudoso «error» de Izquierda Unida . La Junta Electoral no aceptó el recurso de subsanación, por lo que Podemos no tendría acceso a las subvenciones electorales y sus candidatos estarán en lista como independientes.

«Es una vergüenza»

Desde Podemos explicaron a ABC que Díaz «le pidió» a la líder nacional y ministra Ione Belarra «ceder» con su apuesta de Juan Antonio Delgado para que hubiera acuerdo. Desde el equipo de Díaz dicen que es mentira y que ella no dictó nada, aunque la vicepresidenta sí se significó a favor de Inmaculada Nieto , de IU, como candidata a presidir la Junta de Andalucía. Juntas dieron un simbólico paseo del brazo por la Feria de Sevilla y no oculta su simpatía hacía ella. Lo que irritó a los dirigentes morados.

« Es un horror, nos causa vergüenza —dijo el lunes el fundador de Podemos en Cadena Ser—. La peor manera de empezar algo que es necesario en este país, que es el frente amplio y acumular ilusión. Ha empezado de la peor manera posible». Muy duro el expolítico en su plan de desgaste contra la vicepresidenta.

Ese mismo día, en la rueda de prensa de la dirección de Podemos, los portavoces Isa Serra y Pablo Fernández seguían este juego de situarla en el epicentro del lío: «Es el primer paso del frente amplio de Yolanda Díaz». Pero el equipo de la vicepresidenta se lo negaba casi al momento a este periódico: «No lo es, el proyecto de Yolanda trasciende más allá de Andalucía, no es lo mismo». La idea sin embargo la usó con fuerza Iglesias en la radio. Y seguirá.

Se espera que el proceso de configuración del proyecto de Díaz comience en verano, después de las elecciones andaluzas

«Yolanda Díaz intervino y dijo que la candidata tenía que ser la de IU, Podemos se cuadra porque lo dice la jefa , aunque no estemos de acuerdo, y lo tenemos que asumir», explicaba el que fue vicepresidente. A pesar de que hace poco él mismo admitía que «quizá» se equivocó en nombrar a Díaz sucesora sin primarias, estos días le reprochaba a ella que se significara a favor de Nieto.

«Por lo menos que decida la gente. Si decimos que tenemos que escuchar a la gente, es dejarla que hable, votando y decidiendo , no puede volver a pasar», criticaba Iglesias. Lo de 'escuchar' lo dice por el nombre que ha elegido Díaz para la fase configuración de su candidatura; «proceso de escucha», que empezará, según dijo, después de las andaluzas del 19-J. Desde la Vicepresidencia Segunda insisten en que ella no participó en las negociaciones andaluzas.

Una amistad deteriorada

Iglesias y Díaz son amigos desde que él fue asesor de Xosé Manuel Beirás con Alternativa Galega de Esquerda, en 2012. Pero la relación está deteriorada. El acto de políticas en Valencia donde ni Belarra ni Irene Montero estuvieron invitadas en noviembre del año pasado fue un punto de inflexión y generó discusiones internas y externas, pero lo cierto es que el ambiente ya estaba enrarecido desde unos días antes.

Un gesto que tensó mucho las cuerdas fue el tuit de Iglesias sobre el acuerdo de Gobierno y PP con Enrique Arnaldo . «¿Acierta Yolanda Díaz pactando con PP y PSOE la renovación del Tribunal Constitucional aún a pesar de que ello implique votar a los candidatos del PP?», escribió el exvicepresidente, y en un artículo respondía que 'sí'. Sin casualidades ; faltaban pocos días para el acto de Valencia.

Este mensaje en Twitter no sentó nada bien en el entorno de Díaz, donde se interpretó como un intento de responsabilizarla de una negociación que no lideró ella, sino Enrique Santiago , secretario de Estado.

En relación con la configuración de su proyecto, el primero en atacar a Díaz por su intención de que los partidos tengan un lugar secundario fue Juan Carlos Monedero . Persona externa a la dirección del partido, pero con mucha influencia. La comparó con Manuela Carmena y apeló a la importancia del partido como «eje vertebrador». Desde entonces, Iglesias no deja de plantearlo: «Hay una conciencia muy clara en la izquierda de que lo que intentó Carmena en su momento; lo de 'mi carisma y yo podemos sin los partidos', no funcionó».

Está claro que por el momento estos meses de presión no han ayudado a que Unidas Podemos levante el vuelo en las encuestas; la marca no mantiene sus resultados de 2019. La negociación para Andalucía anticipa lo que será la dinámica de tensiones y «puñaladas» para la construcción del proyecto a nivel nacional para 2023. Habrá que esperar a entonces para saber si las peleas internas y las puyas han desgastado a la vicepresidenta como candidata o su idea arraiga.

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