Jordi Hereu. Exalcalde de Barcelona
«La batalla cultural es a lo que te dedicas cuando fracasas»
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Iniciar sesión- Usted fue el último alcalde del PSC y de una idea de Barcelona.
- Viví la emergencia de dos cuestionamientos de la Barcelona que yo representaba: el proceso independentista y el 15-M.
- Dos populismos.
- Aunque yo podía entender algunas de las ... preguntas de estos dos movimientos, desde el principio vi claro que no compartía ninguna de sus respuestas. La combinación de los dos populismos ha resultado nefasta.
- Su modelo de Barcelona, que nace con Maragall, ¿estaba agotado?
- Hemos probado las otras cosas y no nos ha ido bien. Nuestro camino era mejor. Hay que incorporar lo que hemos aprendido en estos años, pero el modelo era consistente. Teníamos vocación internacional, éramos una izquierda mucho más moderna, entendíamos la colaboración entre lo público y lo privado: confiábamos en la sociedad y lo público era un instrumento, no una finalidad en sí mismo.
- Lo que vino después.
- Ni en el concepto ni en los resultados han demostrado ser mejores, sino más bien todo lo contrario.
- El relato.
- Los populismos llegaron despreciando la gestión y hablando sólo de relato. Pero la política no existe si no hay una base de eficacia, que es conseguir las cosas, y de eficiencia, que es saber aprovecharlas.
- Eran muy jóvenes pero han envejecido muy rápido.
- Al final, la socialdemocracia y la democracia cristiana son las dos grandes fuerzas que han construido Europa. No es que vuelvan los clásicos, pero ya hemos visto que los adanistas no iban a ninguna parte y los movimientos con décadas de existencia incorporan mucha más inteligencia colectiva acumulada. A la práctica, el gradualismo reformista es más revolucionario que la retórica inflamada.
- Usted gobernó con comunistas.
- Sí, con los eurocomunistas. Pero aunque venían de tesis muy estrictas, cuando asumieron la responsabilidad política tuvieron la grandeza de adaptarse a la realidad. En mi tiempo había más respeto a las instituciones. Menos salvadores y más conciencia de servidores públicos.
- Fueron una izquierda, tal vez la única, con Felipe González, que entendió cómo se crea la riqueza.
- El análisis de la realidad implica un diálogo con el mercado. Ahora hay gente que demoniza, que niega el mercado y entonces el mercado hace su camino sin que tú puedas hacer nada.
- ¿Es recuperable Barcelona?
- No comparto el dramatismo ni el desánimo. Tras diez años de experimentos hay que volver a lo que funciona. Internacionalismo y globalización, adaptados a lo que somos, y diálogo, pero no el de los que sólo dialogan con sí mismos. Barcelona tiene que volver a ser la gran acogedora de talento español que era antes.
- El PSC gobierna con Colau.
- La alternativa a Colau es Jaume Collboni. En Alemania hemos visto cómo el socio de Merkel ha ganado las elecciones y será el nuevo canciller. El voto útil es el PSC para volver a unir a la burguesía liberal con los sectores más populares. Este es el gran pacto socialdemócrata. Así hicimos los Juegos Olímpicos.
- ERC.
- Las próximas elecciones serán el PSC contra ERC. Colau queda ya muy abajo. Podemos vencer al populismo y la tentación de convertir a Barcelona en el baluarte de la batalla perdida de la independencia de Cataluña.
- El rehén voluntario.
- El centro derecha catalanista se ha convertido en el rehén voluntario de la CUP. Desdeñando los Juegos Olímpicos de invierno sacrifica su cosmovisión en el altar del ‘procés’. Oponerse a la ampliación del aeropuerto es una declaración internacional de querer descender a segunda división.
- Ahora se lleva ‘decrecer’.
- Para distribuir la riqueza antes hay que generarla. ¿Qué decrecimiento? En un año de pandemia hemos decrecido un 10%. ¿Es lo que queremos? Tenemos que recobrar un mínimo de sentido común para volver a la liga mundial de las grandes ciudades.
- La batalla cultural.
- Es a lo que te dedicas cuando fracasas en lo importante. Y Colau, en su núcleo duro, que es la igualdad y la vivienda, ha fracasado. Con ella no ha habido más justicia social. Entró bajo la promesa de que arreglaría el problema de la vivienda en Barcelona. Y no lo ha resuelto. Entonces es muy fácil derribar una estatua o cambiarle el nombre a una calle.
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