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Salvador Sostres

Arde Cataluña

Salvador Sostres

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El drama del catalanismo no ha sido España como concepto, ni la retórica de un Estado que nos oprime y nos roba, sino las élites del propio catalanismo , tan profundamente groseras y que han practicado un sentimentalismo obsceno, desestructurado e insincero, de adúltero ... que pretende tener una querida que esté pendiente de él todo el día, pero sin la mínima cortesía de ponerle un piso. Unas élites sin ningún refinamiento intelectual, de tortel y ratafía, de pocas lecturas y sesgadas, más exhibicionistas que generosas; que viven el catalanismo como una suerte de lujuria fetichista a través de la que intentan redimir su complejo de inferioridad, su catolicismo cínico y mal llevado, y su delirante megalomanía que no es que no guarde ninguna proporción con la provincia, sino que excedería hasta a los padres fundadores de los Estados Unidos. Boadella lo contó mejor que nadie en Ubú President, y en el alter ego de Josep Pla en la obra sobre el autor ampurdanés.

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