Un aliado a tiempo parcial

Aunque la ministra afirma haber anunciado sus intenciones la víspera al secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, este ha recibido la noticia con evidente contrariedad, porque este tipo de comportamientos no facilita su trabajo. Pensando precisamente en que la OTAN tiene ahora grandes compromisos, empezando por la guerra de Afganistán, el secretario general ha terminado reduciendo sus reproches hacia la decisión española, pero en su entorno era patente ayer el descontento. La cuestión -se repetía en la OTAN- no es si España tiene derecho a retirarse, sino que si otros países hicieran lo mismo en Afganistán, por ejemplo, la seguridad colectiva quedaría devastada.

Con una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno en menos de dos semanas, que constituye además el estreno de Obama en una reunión de la OTAN, lo único que no necesita De Hoop es abrir un nuevo frente interno a causa de un problema que, de todos modos, no representa ni el 5 por ciento del despliegue de la Alianza en el mundo. Al revés, ha dicho que «la KFOR mantendrá todas sus capacidades» a pesar de la retirada de España, porque de otro modo al primer problema se sumaría un segundo, que podría ser un rebrote de inestabilidad en la zona de presencia española.