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Alerta entre los empresarios catalanes por el bloqueo político

El artículo 155 ha frenado la fuga de empresas, pero no ha descongelado las inversiones paradas

Diputados catalanes en el Congreso, en una imagen de archivo EFE / Vídeo: Empresarios alemanes arremeten contra Roger Torrent
Àlex Gubern

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De la alarma a la tranquilidad, y de la tranquilidad a la impaciencia. Esta es de manera esquemática la evolución del estado de ánimo del empresariado a raíz de los acontecimientos políticos en Cataluña, un estado de ánimo paralelo al del conjunto de la ciudadanía. Como explican los empresarios a título individual, o de manera organizada a través de sus organizaciones más representativas como Fomento del Trabajo o del Círculo de Economía, todas las alarmas se dispararon durante el «octubre negro» que se vivió en la comunidad -entre el referéndum del día 1 y la proclamación de la república el día 27-, en una escalada de tensión que desencadenó una estampida de empresas. «Hubo nervios e inquietud. Por primera vez desde que comenzó el proceso vimos cerca el precipicio», reconoce a ABC un alto directivo de una multinacional con sede en Barcelona que, no obstante, optó por no trasladar su sede.

La aplicación del artículo 155 apaciguó los ánimos, una relativa tranquilidad que se reflejó en un descenso en el ritmo en la salida de empresas de la comunidad. No obstante, el bloqueo político tras las elecciones de diciembre -donde las patronales apostaron por un ejecutivo constitucionalista- y la posibilidad de que haya que volver a repetir los comicios han instalado de nuevo a la empresa en un estado de inquietud. «No hay la urgencia de octubre que provocó la fuga masiva de empresas, pero tampoco la tranquilidad necesaria para desbloquear inversiones que siguen congeladas», se apunta desde la cúpula de una firma con gran peso, en este caso en el sector industrial.

La sensación, en general, es que Cataluña está desperdiciando un periodo de gran vigor económico para crecer más de lo que ya lo está haciendo pese a las circunstancias políticas. Algunos expertos apuntan a que el impacto sobre el PIB se dejará notar a partir del segundo semestre. Mientras, se siguen perdiendo inversiones: las más reciente, la de Agrolab, que desvió a Burgos un proyecto de seis millones previsto para Tarragona.

La bronca que recibió el pasado martes el presidente del Parlamento catalán, Roger Torrent, en un foro alemán no es representativo de los modos de un empresariado normalmente comedido, que prefiere expresarse con la sordina de la moqueta de las plantas de dirección, pero sí expresa que hay una inquietud evidente. Por el bien de Cataluña, y de sus negocios, la demanda mayoritaria de los empresarios es acabar con el bloqueo y dar paso a una etapa de normalidad.

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