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Agustín Pery

La penúltima ofensa a las víctimas

Hoy, cuando callan las pistolas, no las hieran con las palabras. No se lo merecen. Se lo debemos

Arkaitz Rodríguez y Arnaldo Otegi en el Palacio de Aiete ABC
Agustín Pery

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A Pedro Sánchez le es suficiente con que parezca lo que no es. Otegi siente el dolor de las víctimas pero no condena a las hienas que lo provocaron ni a sus juglares que los jalearon. Tampoco hay que pasarse,no vaya ... a ser que quien tenga que vigilar sus pasos y acabe expulsado del paraíso abertzale sea él. Sentir sí, arrepentirse y disculparse jamás, que vive de dolores ajenos y radicalismos propios. Lo suyo es cobarde, taimado y repulsivo , pero no sorprende ni duele tanto como que partidos de ámbito nacional se lancen como groupies a jalear el penúltimo acto de cinismo del gudari de pacotilla. Pero aún duele infinitamente más la complicidad de Moncloa, el mercadeo repugnante de quien es capaz de desenterrar a las víctimas del franquismo y sepultar bajo el cemento del olvido a las de antes de ayer, las de ETA.

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