El agotamiento cunde entre los marinos que esperan la tercera marea negra
SANTIAGO. El agotamiento cundía ayer entre los marineros del litoral gallego tras cuatro días de tensa espera de la tercera marea negra que se pasea frente a las costas, impulsada por el temporal, las mareas y el fuerte oleaje. Las innumerables manchas dispersas de diferentes ... tamaño y densidad -pequeños grumos del tamaño de una de las antiguas monedas de diez duros, pero también tan voluminosas como una empanada- siguieron llegando ayer a las playas de la Comunidad, multiplicando el trabajo para los miles de voluntarios llegados desde todos los puntos de la geografía española.
La relativa calma en los puertos del litoral Cantábrico, favorecidos por la dirección del viento, se vio truncada ayer por la confirmación de que una mancha se estaría acercando hasta menos de cinco kilómetros de la costa de Llanes. También cundió la incertidumbre de nuevo en las Rías Bajas, donde las Cofradías estimaron que una gran concentración de placas de fuel, de 189 kilómetros cuadrados, se acerca al litoral a una velocidad de un kilómetro por hora. La situación se agrava porque permanecen amarradas a puerto las pequeñas embarcaciones, imprescindibles para luchar contra el fuel en el mar, ya que los grandes buques succionadores no pueden enfrentarse más que a las más densas concentraciones de hidrocarburo.
Las previsiones meteorológicas, un día más vientos del suroeste con rachas de más de 120 kilómetros, se alían con la marea negra en su constante avance hacia las Rías de Arosa, Pontevedra y Vigo, en las que se concentra la mayor parte de la riqueza pesquera y marisquera de la Comunidad. Es una situación en la que ni las barreras oceánicas -hay instalados 16.200 de los más de 48.000 metros reunidos por el Gobierno- ni las artesanales tejidas precipitadamente por las mujeres de los hombres de mar sirven prácticamente para nada.
De confirmarse las previsiones, a los marineros que según el vicepresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, han estado mejor que sus dirigentes políticos, sólo les quedará esperar con los brazos cruzados la llegada del combustible. El sombrío panorama sólo se aclara con el anuncio de que el «Nautile» intentará hoy cerrar otra de las grietas del «Prestige».
Paisaje de desolación
Miles de voluntarios regresaron ayer a sus lugares de origen después de un duro fin de semana en el paisaje de desolación en que se ha convertido la Costa de la Muerte. Dejan atrás largas jornadas agachados en los arenales recogiendo una a una las manchas de fuel, un trabajo en el que el agotamiento sólo se ve superado por la frustración ante la inevitable llegada de nuevos pegotes de hidrocarburo que sustituyen a los arrancados tenazmente de las playas, un total de 17.596 toneladas, según el extremadamente preciso dato aportado por el ministro de medio Ambiente, Jaume Matas.
Tomará hoy de nuevo el relevo el Ejército, y las expediciones organizadas por las diversas comunidades autónomas para encargarse directamente de la limpieza de determinadas zonas. El consejero de Medio Ambiente de Castilla y León anunció ayer que sus efectivos se encargarán de las limpiezas de las asoladas playas de Carnota, donde ayer trabajaban 250 alumnos de la Guardia Civil, y una zona de uno de los parques naturales afectados.
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