Abascal y Arrimadas vuelven a pedirle a Feijóo una moción de censura

Los primeros espadas del Partido Popular (PP), Vox y Ciudadanos (Cs) salieron a la palestra empleando términos muy duros contra el presidente del Gobierno. Alberto Núñez Feijóo empuñó su perfil de Twitter para denunciar la «deriva autoritaria» del jefe del Ejecutivo. Santiago Abascal elevó un peldaño la adjetivación hablando, como en otras ocasiones, de tendencias «autocráticas» e Inés Arrimadas, la única de los tres que compareció en una rueda de prensa, tachó a Sánchez de «aprendiz de dictador» y le acusó de tratar de dar un «autogolpe». PP y Vox presentarán sendos recursos de inconstitucionalidad, algo que Cs no puede hacer por carecer de suficientes diputados para ello.

Pero a partir de ese diagnóstico compartido, se volvió a abrir una brecha cuando Abascal publicó un mensaje grabado en su despacho -con tono institucional, la bandera de España y una foto suya con el Rey en la estantería a su espalda- en el que anunció el inicio de «conversaciones» para presentar una moción de censura y encontrar un «candidato de consenso», del que dijo que debería tener «experiencia de gobierno y no estar afiliado a ningún partido». Al mismo tiempo que se publicaba ese vídeo, Arrimadas pedía en la sala de prensa del Congreso de los Diputados una iniciativa similar, para la que ya habló en privado hace semanas con el presidente de Vox. La idea de ambos no ignora la imposibilidad aritmética de que la moción prospere, pero enfatiza la idoneidad estratégica de la iniciativa. Para Arrimadas, porque «es una herramienta para que Sánchez tenga que dar la cara» y para que «a nivel internacional la gente sepa qué es lo que está pasando». Para Abascal porque «todos los diputados del Congreso deben retratarse ante este nuevo golpe a la Constitución» y porque «nosotros debemos dejar constancia nacional e internacional de los verdaderos actos y planes del señor Sánchez y de sus cómplices».

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La posibilidad de una moción de censura, planteada en primer lugar por Vox y Cs para retrasar la supresión de la sedición que quedará aprobada en el Congreso la semana que viene, ya fue rechazada por Feijóo cuando en su último cara a cara con Sánchez en el Senado le auguró que «la próxima vez que nos veamos en el Congreso será en mi debate de investidura».

Ayer Feijóo y su número dos, Cuca Gamarra, anunciaron que además de recurrir en amparo al propio TC, el PP denunciará ante la Unión Europea (UE) la toma de las instituciones por parte de Sánchez y que, en caso de llegar al Gobierno después de las elecciones generales del año que viene, derogarán «todas aquellas medidas que desprotejan al Estado». Un compromiso que incluye el de volver a tipificar como delito la sedición en el Código Penal.