Abascal abandona el equipo con el que tuvo sus mejores resultados
Por causas distintas, los cuatro rostros más mediáticos de Vox han caído en desgracia
La corriente crítica de Vox exige recuperar ya los equilibrios en el partido
Iván Espinosa de los Monteros este martes en el Congreso de los Diputados
En un año, por distintas causas, aunque con cierta interconexión entre sí, cuatro de las cinco personas que a cualquiera se le venían a la cabeza como lugartenientes de Santiago Abascal han caído en desgracia. Una fuera del partido, otro sin poder orgánico real, ... otro fuera de la política y una última con un futuro incierto y el runrún constante de que se le busca sustituto. Ellos son Macarena Olona, Javier Ortega Smith, Iván Espinosa de los Monteros y Rocío Monasterio. No son los únicos, pero sí son los más mediáticos de entre los perjudicados por el auge del sector más conservador de Vox.
La baja quizá más sonada, porque fue la primera en mover el avispero de un partido que parecía carecer de fisura alguna, fue Olona. El suyo es el caso más complejo por las enormes contradicciones entre las partes implicadas. Tras meses de rumores, Olona fue designada como candidata de Vox en Andalucía en las elecciones que la formación había marcado como un punto de inflexión para tutear al bipartidismo. El globo de sus expectativas se pinchó tras una campaña desconcertante, y Vox, pese a subir dos escaños, sufrió su primera gran derrota desde su irrupción en las instituciones, cuatro años antes, precisamente en la misma comunidad autónoma.
Olona se marchó por razones de salud a finales de julio del año pasado, pero un mes después reapareció y culminó un frustrado camino de regreso pidiendo a Abascal, en público, una cita para abordar su futuro. Vox le cerró la puerta tras denunciar ella falta de democracia interna. Salvó a Abascal de su particular escabechina, pero señaló públicamente a Ortega Smith como autor de los males del partido. Su distancia con él y con Jorge Buxadé ya había saltado a la palestra. Y tras una entrevista en ABC, creció el malestar interno contra el entonces secretario general, Ortega Smith.
Abascal hizo una reestructuración en la cúpula de Vox y apartó a su amigo como número dos. Lo recompensó designándolo antes que a nadie candidato a las elecciones municipales del pasado 28M y con un puesto de vicepresidente que, de facto, no le supone ningún control sobre el aparato. Con su salida de la Secretaría General comenzó el auge de todos los afines a Jorge Buxadé, el quinto lugarteniente en discordia y el único superviviente.
El presidente de Vox eligió como sucesor de Ortega Smith a Ignacio Garriga, líder del partido en Cataluña y muy cercano ideológicamente a Buxadé. Fue la primera victoria del alma más conservadora de Vox. Ortega Smith no es que fuese liberal, de hecho le acercan más ideas a Buxadé que a Espinosa de los Monteros, pero la unión en 2014 de Abascal, Ortega Smith y Espinosa de los Monteros, a los que después vinculó la amistad, fue clave para asentar los cimientos de Vox.
El mensaje de un amigo
Ortega Smith, siempre esquivo con los medios, lanzó un mensaje en sus redes sociales tras la dimisión de Espinosa de los Monteros: «Has luchado sin descanso desde la fundación de Vox con lealtad, con generosidad y con sacrificio. Aunque algunos no han sabido reconocértelo, la inmensa mayoría tenemos una impagable deuda de patriotismo contigo».
Desde la marcha de Olona, que había hecho tándem con Espinosa de los Monteros en el Congreso, y el relevo de Ortega Smith como secretario general, se empezó a hablar de un pulso soterrado entre los más conservadores (Buxadé) y los más liberales (Espinosa de los Monteros) del partido. Una batalla por el control del poder negada por uno y por otro —distintas fuentes apuntan que Abascal está «obsesionado» con que no existan facciones ni familias en Vox—, pero que a raíz del adiós del segundo, algunos miembros han desvelado públicamente.
Espinosa de los Monteros deja la política tras haber perdido influencia. El exdiputado de Vox Rubén Manso, de esa corriente más liberal, dijo ayer en la Cope que su exportavoz había sido «relegado» en los últimos tiempos y que, aunque conservaba el puesto al frente del grupo parlamentario, no participó en la elaboración de las listas al 23J. «Lo razonable es que el portavoz participe porque va a coordinar el grupo. ¡Qué mínimo que poder decir algo», expresó.
El ya exportavoz en el Congreso vio cómo crecían figuras a su alrededor próximas a Buxadé, que iban marginando su rol en el partido. Una es el propio Garriga y otra Ignacio Hoces, que sustituyó como cabeza de lista por Badajoz a un hombre de la máxima confianza de Espinosa de los Monteros, Víctor Sánchez del Real. Sintomático fue que, en la presentación del programa económico de Vox, Espinosa de los Monteros compartió escena con Buxadé, a pesar de que este segundo, abogado del Estado, carece de formación en economía.
La cuarta implicada es Rocío Monasterio, que seguirá en la Asamblea de Madrid como publicó ayer ABC, pero cuyo papel como líder de Vox al frente de la Comunidad de Madrid ya se puso en duda hace meses, antes de las elecciones autonómicas del 28M, cuando fue de las últimas en ser confirmada como candidata. Es ahora la máxima representante del defenestrado sector liberal, tras la renuncia de su marido, aunque sin un porvenir claro.