El PP quiere activar la reforma electoral pero espera la decisión de Rajoy

La negociación de pactos entre perdedores , que han excluido a la lista más votada en muchos municipios de España, los acuerdos tripartitos, cuatripartitos e incluso pentapartitos y pactos con turnos en el poder, como es el caso de Palma de Mallorca, han encendido las alarmas en la sede del PP, pero también en La Moncloa, donde temen que la inestabilidad institucional en las administraciones locales y autonómicas comprometa la confianza en nuestro país y la recuperación económica que ya está en marcha.

Fue Rajoy quien ahora hace un año propuso una reforma electoral que permitiera gobernar a la lista más votada en los ayuntamientos. La propuesta se desarrolló después en la Escuela de Verano del PP, pero dejaba abierta la fórmula, que estaba entre primar a la mayoría ganadora, al estilo de Grecia, o bien instaurar una segunda vuelta electoral , para que los ciudadanos pudieran elegir realmente entre las opciones que pasaran un listón determinado de votos. El PP se encontró con el «no» rotundo del PSOE de Pedro Sánchez, pese a que esa reforma fue una propuesta asumida, y defendida por los socialistas desde hacía décadas. Ante la falta de consenso, atribuido al clima preelectoral por los comicios locales del 24-M, se aplazó el debate.

Ahora, una vez celebradas las elecciones, en el Grupo Popular del Congreso se ha desempolvado la reforma y se ha extendido entre sus filas la necesidad y la intención de impulsar esta iniciativa en los meses que quedan de legislatura, según fuentes parlamentarias. La propuesta, recuerdan, está en sus programas electorales desde 2003, y volverá a estarlo si es que no sale adelante. La dirección del Grupo apoyaría la tramitación urgente, y pactada con el principal partido de la oposición al menos, eso sí, en el caso de que reciba luz verde de Moncloa. De entrada, el Grupo Popular ya está preparado para empezar a dialogar con la oposición.

En el Palacio de la Moncloa hay dudas, de momento . Desde el Ministerio de la Presidencia, la Secretaría de Estado de Relaciones con las Cortes ha analizado en los últimos meses las fórmulas técnicas necesarias para implantar una segunda vuelta electoral, que garantizase el gobierno de un alcalde que realmente obtuviera la mayoría de los votos en las urnas. Los informes están hechos, y las dificultades técnicas de una segunda vuelta se conocen, pero ahora mismo ven dos obstáculos principales: por un lado, los plazos, que ya son muy justos y además hay más de 40 leyes que se encuentran en tramitación parlamentaria, y que el Gobierno quiere aprobar sí o sí antes de que se disuelvan las Cortes; por otro lado, la previsible falta de acuerdo con Pedro Sánchez, instalado en la estrategia de aislar al PP, parece un problema insalvable.

El PP ve una grieta en la posición de Pedro Sánchez . El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero abogó, a principios de mayo, por abrir un debate sobre la reforma electoral, cuando quedase claro el nuevo mapa político en España. «Todos los debates son saludables en democracia siempre que se hagan racionalmente y con calma. Va a haber unas elecciones, un nuevo mapa político y, a partir de ahí, seguramente habrá que hacer cambios y habrá muchos debates en la agenda institucional», defendió Zapatero, que apoyaba así la propuesta que acababa de hacer Susana Díaz en el mismo sentido. La presidenta andaluza defiende la segunda vuelta para todas las elecciones, pese a que la dirección federal del PSOE, con Pedro Sánchez a la cabeza, se opone. El líder socialista cree, en privado, que la dirigente de Andalucía «va por libre».

Rajoy ha insistido con fuerza las dos últimas semanas en la defensa del gobierno de las listas más votadas . En la cumbre de Bruselas volvió a hacerlo, como garantía de estabilidad y porque «es lo más democrático». La decisión de recuperar ahora la reforma electoral es suya, pero en todo caso la iniciativa se haría desde el Congreso, para que sean los grupos parlamentarios los que acuerden la modificación de las reglas del juego. El Grupo Popular, por tanto, está en la línea de salida, solo pendiente del visto bueno. Eso sí, no hará uso de la mayoría absoluta para imponer «su» reforma. «Tiene que ser acordada. Si no, la próxima legislatura, si hay otra mayoría en el Parlamento, podría imponer sus propias reglas del juego, y desde luego no nos gustaría», comentan fuentes parlamentarias.

La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, incluye la reforma electoral dentro de las medidas de regeneración democrática, y recuerda que el primero en proponer la elección directa de alcalde fue el PSOE, en 1998, a seis meses de unas elecciones .

Desde el Grupo Popular en el Congreso, se defiende así la modificación de la normativa electoral para que gobierne la lista más votada: « Los ciudadanos no votamos para que nos gobierne una coalición de perdedores , ni votamos para que se gobierne sobre la base de un programa que se desconoce y sobre el que no nos hemos podido pronunciar».