«Echo de menos más autocrítica en Cataluña tras el ‘‘Pujolgate’’»

—En el prólogo admite que comparte el cansancio por la cantidad de libros sobre Cataluña que se han publicado a raíz del proceso separatista. Entonces, ¿por qué lo ha escrito?

—La editorial me lo venía pidiendo hace tiempo y yo me hacía la remolona porque estaba harta de este tema. Pero por cansarte de un asunto no lo vas a solucionar y, además, veía que las cosas iban a peor. Al final, por cierto sentido del deber, me engancharon.

—Incluye la lista de los que declinaron hablar con usted. ¿Silencios elocuentes?

—En el caso de Pedro Sánchez, fue una mezcla de dejadez y no saber qué decir. En el caso de Podemos, el motivo es algo más turbio: su discurso sobre la cuestión catalana es muy frívolo y no les apetecía bajar a lo concreto.

—Cuenta una anécdota jugosa del director de ABC, Bieito Rubido...

—En un diálogo con el entonces Rey Juan Carlos, el Monarca le pidió: «Bieito, trátame bien a los catalanes». Él le respondió «se hará lo que se pueda, Majestad», pero luego, me explicó: «Cuando llegué al diario me encontré con la última barbaridad de Artur Mas; a veces es imposible, oye».

—De su experiencia en medios y ambientes de uno y otro lado, ¿quién sobreactúa más?

—Creo que en estos momentos se sobreactúa más en el lado catalán. En España, quitando el fútbol y los triunfos de Rafa Nadal, a la gente le da como apuro proclamarse español. En cambio, en Cataluña están en pleno orgasmo patriótico. Este desfase de sentimientos es problemático.

—¿Cómo acabará el «proceso»?

—La independencia no la veo políticamente viable, ni humanamente asumible. Pero si esto sigue así los desencuentros serán múltiples y dañinos. Perderemos todos. A Cataluña la veo cada vez más naufragada en sí misma, en la esterilidad.

—Ciudadanos, partido al que usted apoya públicamente, o Podemos. ¿Quién tiene más futuro?

—No soy militante de Ciudadanos, pero le auguro mejor futuro que a Podemos. Es una opción más central, más sensata, menos peligrosa.

—¿Qué afectará más, el caso Rato al PP o el caso Pujol a CiU y al nacionalismo?

—Creo que Rato estaba ya amortizado para el PP desde el caso Bankia. Incluso diría que el PP está extremando la severidad contra él para no resultar sospechoso. Del caso Pujol, me asombra que no haya tenido más impacto. En España mucha gente está reaccionando con la corrupción y, en cambio, en Cataluña aprecio más resistencia. Echo de menos más autocrítica en Cataluña después del «Pujolgate».