Rajoy confía en arrancar de Bruselas compromisos en interconexiones energéticas

España ha dado la batalla ante sus colegas europeos para recordarles el compromiso incumplido por la UE de mejorar la interconexión de la Península Ibérica, con un ratio de interconexión de tan sólo del 1,2%, frente al objetivo del 10% que la UE se marcó en 2002.

Y para ello ha decidido vincular la aprobación por parte del Consejo Europeo de los nuevos objetivos de lucha contra el cambio climático de cara a 2030 con la necesidad de actuar para que la Península Ibérica deje de ser una isla energética.

El Gobierno español confía en que los líderes europeos den "satisfacción" a sus aspiraciones en este sentido, pues percibe en los últimos días que el resto de países han asumido que hay que dar respuesta a lo que ya denominan el "caso ibérico", ha adelantado este miércoles el secretario de Estado para la UE, Íñigo Méndez de Vigo, que ha comparecido en el Congreso para informar con carácter previo de los temas que centrarán el Consejo Europeo, como es habitual.

Méndez de Vigo ha dicho tener confianza en que los jefes de Estado y de Gobierno aceptarán permitir que España tenga acceso a un fondo pensado inicialmente para ayudar a los Estados miembros menos ricos (aquellos cuya renta per cápita en 2013 no supere el 90% de la renta per cápita media europea, entre los que no se incluye España) a cumplir los objetivos fijados por la UE para reducir las emisiones de gases con efecto invernadero.

España ha solicitado, y espera conseguir, que las conclusiones que aprueben el viernes los líderes europeos se acceda a que ese fondo sirva también "para promocionar aquellas obras o decisiones nacionales" que permitan mejorar la capacidad de interconexión de aquellos países que no tengan cubiertas sus necesidades en ese sentido, como es el caso de España y Portugal.

Pero España aspira además a vincular los objetivos de la UE en materia de cuota de renovables -se quiere pasar a un 27% en 2030- con la capacidad de interconexión de los Estados miembros. Es decir, que a la hora de exigir a los países miembros que aumenten su producción de energía a través de las renovables se tenga en cuenta la situación de cada país en materia de interconexiones porque un país con excedentes debe tener capacidad de venderlos fuera.

Aunque el secretario de Estado no ha hablado en ningún momento de amenaza de veto, lo cierto es que España tendría capacidad, si quisiera, de bloquear el proyecto de conclusiones de la cumbre si no viera cumplidas sus aspiraciones.

El Gobierno ha visto una ventana de oportunidad en la crisis abierta entre la UE y Rusia por Ucrania para convencer a sus socios europeos de que ha llegado el momento de solventar el déficit en interconexiones de la Península Ibérica.

Y es que aumentando las interconexiones, España podría hacer llegar al resto de Europa cualquier superávit de energía producida con renovables o parte del gas que importa de Argelia y reducir así la dependencia respecto al gas ruso.

En el turno de portavoces, la diputada socialista Meritxell Batet ha urgido al Gobierno a solucionar "ya" el tema de las interconexiones energéticas con Francia.

Méndez de Vigo ha indicado que el Gobierno está "satisfecho" de cómo se están produciendo las negociaciones con Francia y ha dicho que, aunque París defiende como es obvio sus intereses, también se pone "en la piel del otro".

Como han hecho tambien otros portavoces, Batet ha querido conocer qué medidas España y la UE se están planteando para hacer frente a la amenaza del ébola, que es otro de los asuntos que abordarán los líderes europeos en su reunión.

En concreto, Batet ha pedido al Gobierno español que destine más fondos de la cooperación a ayudar a los países africanos más afectados por la epidemia porque hasta la fecha su aportación ha sido "modesta".

Méndez de Vigo ha defendido la reacción de "rapidez" que, bajo su punto de vista, ha tenido la UE frente a esta crisis y ha llamado la atención sobre el hecho de que la Unión no tiene estrictamente competencias en la materia.

Pero aún así, ha subrayado, ha articulado un mecanismo para garantizar las evacuaciones de ciudadanos europeos que se infecten del virus en África y ha acordado nombrar un coordinador europeo contra el Ebola, lo que demuestra, en su opinión, que la Unión es capaz de coordinar las respuestas de sus Estados miembros.

La UE, ha recordado, también va a estudiar la propuesta alemana de crear una misión europea de personal sanitario que luche contra el virus sobre el terreno en Africa, además de haber aportado 500 millones de euros para atender la emergencia humanitaria, una cifra que algunos países miembros como el Reino Unido han pedido aumentar.