25 años del asesinato de Carmen Tagle
Carmen Tagle: la fiscal que se enfrentó a ETA
25 años después de su asesinato a manos de ETA, familiares y compañeros homenajean a Carmen Tagle, símbolo de la lucha contra el terrorismo
Carmen Tagle: la fiscal que se enfrentó a ETA
La decisión de ETA de cesar definitivamente su actividad terrorista, anunciada el 20 de octubre de 2011, certificó el triunfo del Estado de Derecho sobre la barbarie creada hace más de medio siglo por el integrismo vasco. A Carmen Tagle, fiscal de la Audiencia Nacional, ... le hubiera hecho feliz conocer la noticia por la que tanto bregó, pero quedó en el camino, como tantos y tantos héroes que contribuyeron, incluso con su propia vida, a la erradicación del terrorismo abertzale.
Carmen Tagle, que hoy estaría disfrutando de una merecida jubilación, fue asesinada el 12 de septiembre de 1989, cuando aguardaba a que se abriera la puerta para acceder al garaje de su vivienda. Venía de la Audiencia Nacional donde apenas una hora antes había ejercido la acusación pública, y frontal, contra dos etarras. Tenía entonces 44 años, y llevaba 11 en la carrera fiscal. Los tres últimos, en la Audiencia Nacional como azote de una ETA envalentonada, por su capacidad operativa; el apoyo que encontraba en amplios sectores de la sociedad vasca; la tibia colaboración internacional de Francia y esa tendencia de los poderes, entonces crónica, a abrir vías de negociación con los pistoleros.
En ese contexto, Carmen Tagle alzaba su voz, a veces en el desierto, para que cayera sobre los terroristas todo el peso de la ley. Luchaba para lograr las máximas condenas. Ella, que se quejaba de que en España, por aquellas fechas, asesinar a tres, cuatro, cinco personas tenía el mismo coste que acabar con la vida de una.
Carmen Tagle no llevaba escolta. No la pidió, pero tampoco se la habían ofrecido, pese a que le sobraban méritos. Cuatro meses antes de ser acribillada a balazos por Henri Parot y Jacques Esnal, el 16 de mayo, se trasladó a París, junto al magistrado Baltasar Garzón, en comisión rogatoria, para interrogar durante más de ocho horas a cuatro cabecillas de ETA: Santiago Arróspide Sarasola, «Santi Potros»; José Antonio Urrutikoetxea, «Josu Ternera»; Elena Beloki y Esteban González Betolaza.
De regreso, ya en Madrid, Carmen Tagle explicó a un reducido grupo de periodistas que «Josu Ternera» se interesó durante el interrogatorio por saber quién era aquella mujer y por qué hacía preguntas tan comprometedoras. Algo insólito en un país que empezaba a dejar de ser el «santuario francés». Carmen, clavándole la mirada, le dijo que era fiscal y estaba allí para hacer su trabajo, que no era otro que investigar los crímenes de ETA y poner fin a la impunidad. «Bueno es saber dónde está cada uno», le replicó el capo etarra, aún en libertad. Carmen Tagle no dio importancia a aquel comentario, pese a que procedía de quien ya entonces era considerado inductor de la matanza de la casa cuartel de Zaragoza.
Tras la detención de Henri Parot, comenzaron a encajar las piezas que apuntan a la relación de «Josu Ternera» con el asesinato de Tagle. En sus declaraciones a la Guardia Civil, Parot confesó que el jefe del «aparato militar» de ETA Francisco Múgica Garmendia, «Pakito», le había «motivado esta ejecución argumentándome que era la fiscal que llevaba casi todos los asuntos de los militantes de ETA y solicitaba siempre penas muy duras contra ellos, queriendo incluso ampliar el tiempo máximo de permanencia en prisión de 30 años que actualmente dictamina la ley y, porque, además, estuvo en el interrogatorio de Josu Ternera».
Posteriormente, en octubre de 1991, Parot hizo a un grupo de abogados batasunos comentarios que avalaban la relación entre el asesinato de la fiscal y el implacable interrogatorio que había hecho a «Josu Ternera». Parot, que se refería a ella como la «dama de hierro», repetía que «era muy mala».
Carmen Tagle comenzó su carrera como funcionaria de la Administración de Justicia y posteriormente hizo oposiciones a fiscal. Estuvo destinada, entre otros lugares, en Don Benito (Badajoz) y Barcelona. Después pidió voluntariamente el destino como fiscal de la Audiencia Nacional.
Su asesinato causó conmoción y, también, gran indignación entre sus compañeros. De ella destacaron su entrega, su carácter duro y, sobre todo, su valentía para enfrentarse a los terroristas, también a los de los GAL. Fue la primera víctima de ETA en la carrera judicial.
Con motivo del 25 aniversario del crimen, familiares, compañeros y amigos le tributaron un emotivo homenaje hace unos días.
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