Vigo rechaza derribar la cruz a los caídos

Caballero argumenta que el Consistorio siempre agota la vía judicial antes de ejecutar la sentencia. Pero, además, considera que la cruz, de doce metros de altura, ya no representa un símbolo de la dictadura. Y es que en 1981, el pleno municipal —por unanimidad de todos los grupos— rechazó la petición de derribar la cruz que había formulado un año antes el Partido Comunista de Galicia y reconvirtió el monumento en un homenaje a todos los caídos en la Guerra Civil, tanto los de un bando como los del otro. En base a este acuerdo plenario, un anónimo, a través de la plataforma hazteoir.org, solicitó al regidor vigués que impidiese la demolición mediante un recurso. «Estamos ante una abusiva sentencia judicial que, de ser aplicada, supondría un ultraje a todas las víctimas de la Guerra Civil, que se hallan representadas en ese monumento», se plasma en el manifiesto. En apenas un día, la iniciativa consiguió casi 1.500 firmas.

Así, el alcalde socialista decidió recurrir el fallo, mientras el PP local acata la sentencia pero matiza que «no le molesta» el monumento. Por su parte, el BNG de Vigo no entiende el recurso porque alargará en el tiempo «una decisión de sentido común».

El juez, tras estimar a apelación interpuesta por la asociación viguesa de Memoria Histórica condena al Consistorio a que «proceda de inmediato» a tomar las medidas oportunas para retirar la cruz de O Castro, al considerarla un símbolo del franquismo. La asociación lleva años demandando que se derribe este monumento hasta que consiguió que la Justicia atendiese un recurso contra la Junta de Gobierno Local, que rechazaba retirar la cruz.