Un «top manta» más agresivo, organizado y diversificado

Hace unos años, el principal producto de estas tiendas a ras de suelo eran los discos «pirata», sin embargo, hoy la oferta de mucho más variada y cuenta con distintos productos con los que atraer a turistas y curiosos.

Gafas de sol, bolsos de marca, ropa o camisetas de fútbol son algunas de las nuevas mercancías que se venden en el «top manta» . Todo ello genera una gran competencia para los comercios locales, que ven como estas tiendas de «quita y pon» les ocasionan una disminución en las ventas registradas.

El mercado de las copias ilegales no solo perjudica a los comerciantes, sino que este año, además, ha ocasionado varios enfrentamientos con la Policía Local.

En Baleares, Gabriel Barceló, presidente de la Asociación Plataforma de Vecinos y Comerciantes de la Playa de la Palma (Palma de Mallorca), cree que puede haber «hasta 70 vendedores, uno al lado del otro» en una de las zonas más frecuentadas por los turistas. Se calcula que la cifra de este colectivo en Palma de Mallorca podría rondar los 700 vendedores.

Las persecuciones de la Policía a «manteros» que intentaban salir corriendo parece haber dejado paso a un nuevo tipo de arresto más violento.

Varios agentes han sufrido forcejeos, golpes y hematomas al intentar detener a estos vendedores ambulantes. Según Manuel Sánchez, presidente del Sindicato Profesional de Policías Locales y Bomberos (Spplb) los «manteros» están cada vez «más organizados» y son «más agresivos». «Han perdido el respeto a la Policía», concluye Sánchez.

En localidades castellonenses como Peñíscola o Alcossebre, varios agentes han resultado heridos tras forcejear con algunos de estos vendedores ambulantes. .

En otros lugares de España también se cuenta con este problema. En ciudades como Málaga la asociación de kioskos heladeros afirman que cada año facturan «un 60% menos» por culpa de vendedores ambulantes, mientras que en Tarragona se han detenido al menos a 14 personas relacionadas con esta actividad en el último mes.

Mientras la venta ambulante aumenta cada año y supone un problema cada vez más grave para comerciantes y vendedores, el planteamiento de reforma del Código Penal podría elevar de falta a delito este tipo de práctica.

En el caso de que este hecho llegara a producirse, el «top manta» incurriría en delitos contra la propiedad intelectual e industrial y acarrearía penas de cárcel de entre seis meses y dos años.