Así son los chalecos antibalas que usa la Policía Nacional en unidades operativas

El objetivo de esta renovación fue modernizar los sistemas de seguridad como un elemento clave de la estrategia nacional de seguridad y «dotar a los agentes de los últimos y más modernos medios policiales de defensa» para desarrollar sus misiones con «la máxima garantía», según explicó el ministerio.

Los chalecos antibalas y anticuchilladas se emplea como protección individual ante el impacto de proyectiles, armas blancas y esquirlas provenientes de explosiones, pero, a pesar de su dureza, disponen de la flexibilidad necesaria para ser utilizado en vehículos y en operaciones con armas. Sin embargo, este tipo de prendas no son completamente impenetrables debido a la gran variedad de calibres de las armas de fuego que hay en la actualidad.

El material usado para los chalecos es el kevlar, un plástico o polímero que fue descubierto en 1965 y que se caracteriza por ser más fuerte que el acero, pero a la vez más elástico que otro material como la fibra de carbono. Estas propiedades le permiten resistir muy bien el fuego, además de absorber el impacto de las balas y las esquirlas. También estos chalecos pueden incluir una serie de placas metálicas o cerámicas para ayudar a proteger a su portador de los proyectiles de fusil.