Fundido a negro para el yihadista que amenazó a España

Guitone nació en Marruecos, pero con quince años se trasladó a vivir a Francia. Durante algún tiempo residió también en Gran Bretaña. En España pasó un par de años, en la localidad mallorquina de Manacor, donde tenía familiares. De esa estancia en Mallorca se llevó el aprendizaje del español y dejó una multa de cien euros sin pagar al ayuntamiento por una infracción de tráfico cometida el 30 de septiembre de 2006.

Toda esa experiencia vital convirtió a Guitone en un políglota: hablaba el árabe, el francés, el inglés y el español y por eso cuando se fue a Siria y se incorporó a las filas del Estado Islámico se convirtió en un instrumento propagandístico de primer orden grabando vídeos en diferentes idiomas que luego subía a la red y tenían un amplio eco. Además de conocimiento de idiomas tenía una gran desenvoltura ante las cámaras lo que le convirtió en un yihadista muy mediático que, además, respondía a preguntas de los medios europeos. Además de las grabaciones en vídeo, subió una ingente cantidad de fotografías sobre su vida en la provincia de Raqqa que desde marzo de 2013 está controlada por el EI. El 1 de julio protagonizó uno de sus vídeos, esta vez dirigido

En uno de sus vídeos, dirigido al público español, el yihadista anunciaba las intenciones de conquistar España y establecer un califato desde Yakarta, en Indonesia, hasta Al Andalus. Guitone hacía, como de costumbre, de presentador, mientras un segundo yihadista, mucho más cortado ante las cámaras, leía a trompicones un papel: «Les digo a todo el mundo, estamos viviendo bajo de la bandera islámica y vamos a morir por ella hasta que nos abrimos (sic) todas las tierras presas, desde Yakarta hasta Andalucía, InshAllah (dios lo quiere). Y os digo: España es tierra de nuestros abuelos y nos vamos a abrirla (sic), InshAllah, con el poder de Allah». Los islamistas hicieron una traducción rudimentaria del verbo fataha, como abrir, en vez de como conquistar.

En otras ocasiones, sus vídeos mostraban imágenes de la vida cotidiana de los yihadistas: bañándose, comiendo pizza, de compras en una tienda de ropa de hombre de estética occidental, tomándose una lata de una conocida bebida energizante, enseñando a un niño a disparar una pistola, en medio de una tormenta de arena. También imágenes crueles como una e n la que aparece sujetando una cabeza decapitada.

Después de fallecer en Siria el el 25 de julio, Salaheddine Guitone todavía tuvo dos momentos mediáticos más: sus camaradas subieron a internet las fotografías de su cuerpo sin vida con el pecho ensangrentado. Y en otra instantane se podía ver el cuerpo de Guitone dentro de la tumba un instante antes de que comenzaran a echarle tierra encima. Después, fundido a negro: el perfil de Facebook fue cerrado y algunos de los vídeos que había en Youtube dejaron de poder verse.