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chispas

El último verano

Mariano Rajoy medita el futuro de los alcaldes de las grandes ciudades, que se supone anunciará al comienzo del otoño

curri valenzuela

Nunca las playas estuvieron tan limpias, los paseos marítimos tan adornados con jardineras de vistosas flores, los programas de las fiestas locales tan repletos de actuaciones para disfrute de niños y mayores como este verano. «¿Será que hay elecciones municipales el año que viene?», me pregunta con sorna el topillo desde la tumbona vecina. La mayor parte de los alcaldes que gobiernan las localidades costeras españoles, excepto las del País Vasco y Cataluña, son del PP y prácticamente todos viven en el temor de perder las mayorías que disfrutan desde hace décadas si se repiten en mayo los porcentajes de votos de las últimas europeas, si los ciudadanos no notan aún las consecuencias de la recuperación económica; demasiados condicionantes para regatear en el precio de esas máquinas que van soltando chorros a presión para dejar impolutas calles y aceras llenas de turistas, de nuevo muchos de ellos nacionales, sobre todo ahora que Montoro ha aflojado su presión sobre sus cuentas que les ha obligado a pasar tres años más pendientes del déficit que de las necesidades de los vecinos.

En su hamaca de Doñana, Mariano Rajoy medita el futuro de los alcaldes de las grandes ciudades, que se supone anunciará al comienzo del otoño. («Di mejor a lo largo del otoño, que los tiempos del presidente no son los nuestros», me recomienda el topillo): Madrid, Valencia y sus respectivas comunidades, lo que puede implicar cambios para muchos altos cargos.

Solo los ministros se han ido de veraneo con la tranquilidad de verse confirmados en sus puestos para un año y medio más y algunos lo han hecho dejando recados al topillo, que este me transmite: Jorge Fernández Díaz recuerda que hace solo cuatro meses el diputado de CiUJordi Jané exigió su dimisión como ministro de Interior por “la irresponsabilidad” de permitir que la UDEF apuntara que Jordi Pujol tenía cuentas en Suiza; Cristóbal Montoro, encantado de que el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, dijera en rueda de prensa la semana pasada que en materia fiscal «el Gobierno español sabe lo que está haciendo» y Fátima Bañez, que pondrá en marcha en otoño cambio un drástico control del gasto en formación para parados, con control informático desde el ministerio de Empleo de lo que ocurre en cada uno de esos cursos y el nombre de cada alumno. Como para ellos este no es su último verano…

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