La marcha de Pere Navarro y las dudas de Duran: ¿El fin de los «catalanistas» moderados?

Pere Navarro ha sido el último «damnificado» de la lucha secesionista, que se ha reproducido dentro de su propio partido . El pasado miércoles el líder de los socialistas catalanes anunciaba su marcha, precipitada por las presiones internas de la facción soberanista y arrastrado por la debacle electoral . Durante los escasos dos años que Navarro ha dirigido la formación catalana, se ha visto obligado a moverse entre dos aguas y a tomar decisiones que, al final, han disgustado a todos, como su tibieza respecto al derecho a decidir .

Su renuncia es la última prueba de la separación entre «socialistas federalistas» y «socialistas separatistas». Esta escisión ya dinamitó la unidad del partido en anteriores ocasiones . Un claro ejemplo fue la votación de la declaración de soberanía que aprobó el Parlament en enero de 2013 en la que cinco diputados prefirieron no ir para evitar seguir la línea oficial del partido y votar en contra. El problema de los diputados díscolos ha sido continuo en las últimas votaciones. Joan Ignasi Elena, Marina Geli y Núria Ventura rompieron la disciplina de voto el pasado 16 de enero al apoyar la propuesta de CiU y ERC para exigir al Congreso que transfiriese la competencia de convocar referéndums a la Generalitat.

A la espera de conocer el nombre del nuevo líder, este domingo el PSC celebrará un consejo nacional extraordinario que establecerá cuándo y cómo se elige a la nueva dirección. El socialista José Bono ha sido tajante en el diagnóstico: «El PSC ha querido ganar a los nacionalistas en nacionalismo y no en votos».

Ni PP ni PSOE han ocultado su preocupación por que Duran i Lleida pudiera dejar la secretaría general de la federación. El veterano catalán ha sido interlocutor con Madrid durante los últimos años y ha tenido un papel relevante en el diálogo entre Cataluña y los gobiernos de Aznar, Zapatero y Rajoy. Sin embargo, tampoco son desconocidas sus diferencias con Artur Mas . Aunque ha apoyado públicamente la consulta catalana, es partidario de una tercera vía confederal más que de una declaración de independencia.

Duran se maneja mejor bajo la negociación que bajo la amenaza de secesión, que en algunas ocasiones le ha hecho sentirse incómodo por tener que defender la postura de CiU en el Parlamento. Además, durante los últimos años ha experimentado varios encontronazos con miembros del partido como el portavoz del Gobierno catalán,  Francesc Homs.

El nerviosismo de Mas por una ERC que le ha arrebatado su espacio electoral ha radicalizado a los sectores catalanistas. El afán de negociación de Duran con el Gobierno estatal (que tanto réditos políticos ha ganado para Cataluña durante las últimas décadas) molesta a los independentistas, que le piden una defensa más firme del proyecto.

Aunque la crisis se ha cerrado con Duran dentro del partido, no lo ha hecho sin una advertencia de los independentistas al veterano portavoz: «Pedimos que quien nos represente tenga este compromiso personal y colectivo con lo que la federación decida cada momento», ha pedido públicamente el vicesecretario de Coordinación Institucional de CDC, Lluís Corominas.

Si quieren recuperar el pulso electoral que han perdido en las últimas elecciones, el PSOE y el PSC están condenados a entenderse. Ambas han llegado descabezadas a este momento de tensión. Por eso, le corresponderá al nuevo secretario general del PSOE seguir adelante con el proyecto federalista que ha dejado planteado Rubalcaba o tomar una posición más firme. Con la consulta catalana cada vez más cerca, el nuevo líder deberá defininirse y salir de la ambigüedad con la que el PSOE ha jugado en los últimos meses. Tanto Madina como Pedro Sánchez han apoyado la tesis federalista del PSOE.