Artillería: 250 años de innovación
El Rey preside en Segovia el aniversario de la Academia, el centro de formación militar en activo más antiguo del mundo
Artillería: 250 años de innovación
Uno de los principios básicos de la química tuvo su descubrimiento entre las paredes de una institución militar española que ayer cumplió su 250º aniversario : la Academia de Artillería de Segovia.
El hallazgo fue posible tras un acuerdo entre los monarcas Carlos III y ... Luis XVI por el cual se destinó al químico galo Louis Proust a los muros del Alcázar segoviano. Y es aquí donde sus experimentos, combinados con sus enseñanzas como profesor en química y metalurgia, le llevaron a enunciar la «Ley de las proporciones definidas»: «Cuando se combinan dos o más elementos para dar un determinado compuesto, siempre lo hacen en una relación de masas constantes».
Sirva la anécdota científica para subrayar el inminente carácter científico que el Real Colegio de Artillería de Segovia tuvo desde su origen allá por 1764 y que hoy conserva en nuevos menesteres de milicia como, por ejemplo, los simuladores informatizados de campaña (lo último en tecnología militar en tiempo de crisis).
Junto a Daoíz y Velarde
«250 años de innovación» ha sido precisamente el lema que este centro de formación militar -el más antiguo del mundo en activo- ha querido elegir para celebrar una efeméride presidida por Su Majestad el Rey, quien concedió la Medalla de Oro del Alcázar al director de la Academia de Artillería, el general Alfredo Sanz y Calabria.
Un acto celebrado en los jardines de acceso al Alcázar y que tuvo como momento culminante el homenaje a los Caídos por España ante el monumento a los héroes del 2 de mayo Luis Daoíz y Pedro Velarde, insignes capitanes de Artillería. Al acto también asistieron otras autoridades como el ministro de Defensa, Pedro Morenés, el presidente castellano y leonés, Juan Vicente Herrera, o el jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra, general Jaime Domínguez Buj.
Al igual que han sonado 21 salvas de ordenanza disparadas con cañones de artillería, ubicadas cerca de la fachada principal del Alcázar, en el momento de la recepción del estandarte, Don Juan Carlos -quien llegó en automóvil sentado al lado del conductor- fue recibido con los mismos honores. Al acto pudo asistir varios centenares de personas.
El único discurso en la ceremonia de ayer correspondió, a modo de lección magistral artillera, al coronel subjefe de estudios de la Academia de Artillería, Javier Alonso Bermejo, quien recordó la «oración» o lección dictada hace 250 años por el padre Antonio Eximeno y Pujades. Jesuita, matemático, filósofo y musicólogo, el padre Eximeno y Pujades fue el primer jefe de estudios del antiguo Real Colegio de Artillería, bajo la dirección del conde de Gazzola. En aquella primera disertación -trufada con alusiones a Newton, Alejandro Magno, Aníbal, Descartes o Federico de Prusia- el padre jesuita subrayó que «un general debe ser un gran matemático, un gran historiador, un gran político, un gran filósofo, un héroe».
Como una de las efemérides centrales del calendario castrense de 2014, el Ejército de Tierra se ha volcado con el 250º aniversario de la Academia de Artillería organizando conferencias y exposiciones como la que se inaugurará el próximo 9 de junio en el Alcázar de Segovia: «Cuna de héroes. 250 años al servicio de España».
En una entrevista a ABC, el general director de la Academia de Artillería, Alfredo Sanz y Calabria, expresaba otro de los desafíos a los que el Ejército -y por extensión las Fuerzas Armadas- se enfrenta más allá de situarse a la vanguardia tecnológica: «No hay que perder el paso con lo que está haciendo la sociedad y que ésta no vea al Ejército como algo anclado en el pasado, muy tradicional. Eso se debe fundamentalmente a una idea del Ejército muy propia de España y como consecuencia de las circunstancias de nuestra historia reciente. No ocurre ni en Francia, Inglaterra o EE.UU.,... Somos una excepción».
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